Nuestro tradicional Especial de Navidad en Planeta Vital

Por Marisela Valero @lavalero

 

 

 

 

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Con mucho agrado les ofrecemos nuestro tradicional Especial de Navidad, esperamos lo disfruten tanto como nosotros al hacerlo, es un collage de voces narrando desde sus recuerdos infantiles las navidades familiares, cuentos con mensajes que nos invitan a seguir creyendo en la maravillosa magia de un Niño que nace en un pesebre, rodeado de animalitos, pastores y su familia, para iluminar la vida al servicio de un mundo mejor para todos.

Con nuestro agradecimiento a quienes participaron, en orden de aparición: Marielba (Moe) Sotillo, Marisabel Valero Espinal, Ana Teresa Dueñas, Marianela Valero Hernández, Gerardo Perichi, Valeria y Carmen Victoria Pardo.

Y como complemento, les dejamos este artículo sobre la historia del Arbol de Navidad que nos envió el profesor Luis Vasquez, un asiduo oyente, ecológico y muy activo en la promoción de valores ciudadanos.

Desde Planeta Vital invitamos a sembrar árboles antes que cortarlos. Sabemos que es una tradición muy antigua y nos quedamos con la idea de honrar la belleza de los árboles y su significado profundo para la vida de los seres humanos. Esta es la historia contada por nuestro oyente Luis Vasquez. Conocerla es reafirmar la necesidad de conservar nuestros bosques y ser sembradores de árboles, para que podamos disfrutar de su maravillosa esencia en nuestras tradiciones.

SIGNIFICADOS EN EL ARBOL NAVIDEÑO

Breve referencia al significado del árbol.

La literatura antigua refiere los bosques (con faunos, ninfas y demás entidades) como previos al humano, incluyendo la Biblia que primero ubica la creación del árbol y luego la del hombre.

El culto y divinización del árbol nace temprano, la humanidad lo relacionó con alimentación, cobijo, poder y lo consideró como un valioso recurso para elaborar armas, herramientas y objetos indispensables para la vida. Pero además fue visto como un medio de comunicación con el cosmos y formó parte de la mitología. Igualmente, se le vio como medio para leer el destino o la oportunidad de las actividades humanas, es decir le otorgaron connotación mágica, adivinatoria.

Foto Pixabay

Foto Pixabay

Son muchas y variadas las leyendas que le vinculan y enlazan con devoción, miedo, invocación y ofrendas.

Abundan las referencias que ligan el mundo vegetal con el sagrado, por ejemplo, la leyenda de Gautama con Buda, con las védas (verdades primeras) y sus bosques sagrados que sirven como templos. De otro lado, por el 2600 A.C, los babilonios refieren la historia de Semíramis y su hijo Tamuz en la cual se habla de la relación entre un tronco y la vida, tal historia generó un culto que se extendió llegando a culturas en oriente. En nuestro país también se le dan significados, en la cultura Pemón el árbol tiene gran importancia (Wadäka) su versión originaria contenía frutos y peces que dieron vida a la tierra, para los Waraos la palma de moriche, entre otras lecturas, actúa en relación de igualdad entre el árbol y los humanos.

Es decir, en todo el planeta se ha dado un significado especial que relaciona al árbol con la vida y sus expresiones.

El árbol en la celebración decembrina.

La referencia más difundida sobre el árbol como un actor de los diciembres es la que lo conecta con la festividad nórdica del nacimiento de Freyr (Frey) el señor de la vegetación, del sol naciente, de la lluvia y la fertilidad. En tal celebración, el pueblo nórdico adornaba con cintas al árbol del fresno considerado (Yggdrasil) un cosmos de vida, en el que ubicaban los nueve mundos de su universo, en sus raíces (Helheim) estaba el reino de los muertos y en la copa de sus ramas (Asgard y Valhalla) los palacios de los dioses.

Dicha celebración ocurría entre el final del otoño y la consolidación del invierno (noviembre – diciembre), época donde las hojas verdes de los fresnos se tornan anaranjadas o rojizas y progresivamente caen alfombrando el piso, mientras sus frutos (sámaras) cambian su matiz verde-claro a tonalidades sepias, el fresno mantiene esos frutos hasta bien entrada la nevada. Del 21 al 31 de diciembre celebraban el Ýlir (o Jól) que incluía el solsticio de invierno como señal de cambio de temporada (verano a invierno). Esas festividades eran muy importantes y en ellas se aludían creencias y significados trascendentes, se extendieron por regiones vecinas y permanecieron como tradición aun después de las conversiones, resignificaciones, de la transculturización cristiana.

La belleza del árbol de Navidad

La belleza del árbol de Navidad

Los nórdicos transmitían su cultura de forma oral y esos relatos fueron recogidos en las Eddas, siendo los registros textuales antiguos más conocidos, se presume que en ellos hay interpretaciones no originarias. Tal recopilación se inicia en los 600 con la llegada del cristianismo que dura varias décadas en imponerse. Los nórdicos, de diferentes formas conservaron partes de sus tradiciones, por ejemplo, las trasladaron a los ritos y resignificaciones que introdujo la nueva religión, un punto determinante fue la celebración decembrina y el tema del fresno.

Dado que los nórdicos se reunían a campo abierto para sus ritos y consideraban sus arboledas como sagradas (para algunos autores, fueron referentes del templo de celebraciones religiosas), se hace fácil entender su defensa sobre el rol preponderante del fresno y el que fuese objeto de sincretismo con los símbolos de la nueva religión.

Debía ser evidente el espectáculo que brindaban los fresnos: la nieve inicia a mediados de noviembre y llega hasta el inicio de abril, así, el conjunto de colores que vestía el árbol debería resaltar sobre el blanco del ambiente cual maravilloso encantamiento de pintor colorista

El árbol como objeto de navidad.

Pixabay

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Es obvia la discrepancia entre nuestro arbolito de navidad y el fresno nórdico, en este su forma, extensión, frondosidad y cobertura es notoriamente diferente a la forma de cono o de triángulo que adornamos como árbol navideño.

La revisión del material, buscando la causa, lleva a la participación de los conversos que unieron la celebración del fresno y la del nacimiento del niño Jesús. También a la referencia del evangelizador San Bonifacio, quien se ocupó de calificar (como inconvenientes y “negativas”) las creencias nórdicas y separarlas de las cristianas. Él introdujo el uso del pino y agregó un elemento: las manzanas. La idea pareciera ser dejar en el árbol navideño, una advertencia sobre el pecado representado en la manzana, que recordaba el texto bíblico sobre el árbol del paraíso.

El hábito, probablemente, fue dando un carisma a las manzanas (y al propio árbol) en un objeto simplemente ornamental, progresivamente le dieron diversidad de colores (quizás en recuerdo de los hermosos contrastes del colorido del fresno entre la nieve) y ello matizó el verde del pino. En todo caso la versión del árbol de San Bonifacio se convirtió en un símbolo navideño. Por los 1600 se referencia su empleo en Alemania y en los 1800 en el resto de Europa, en 1841 se registró su presencia en el palacio de Windsor, en España se le reportó en 1870, donde se destaca que la princesa del palacio de Alcañices se ocupó de su colorido y ornato para ambientar la reunión navideña.

Tal como se refirió, en los 1600 los pinos eran acicalados con manzanas y otros frutos naturales, al parecer el deterioro de las frutas implicaba el frecuente cambio, tema que se solucionó con la elaboración artesanal de adornos con formas similares de mayor resistencia, lentamente dichas imitaciones se fueron sintetizando como esferas coloridas. Un seguimiento al uso y desarrollo de los adornos permite apreciar que además de la inclusión de distintos materiales en su elaboración, ello se convirtió en una labor comercial que incluyo otras representaciones y arropó elementos insospechados como los vistosos envoltorios para los regalos, los cuales terminaron anidados en la base del arbolito (tema aparte son papá Noel, los Elfos, los renos y el taller de juguetes, etc.).

Ahora el árbol y los adornos son básicamente un producto industrial (algo que se agradece es que evita la tala de pinos que se generaba en la celebración navideña del pasado), sin embargo el significado sigue vivo, lo cual infiere que el espíritu de la navidad no es un producto, es más una necesidad humana.

Adornos al árbol

Adornos al árbol

Simbolismo navideño en otras culturas.

Al revisar en internet se certifica que las diferencias culturales permanecen más allá de la globalización. Por ejemplo, en China el sentido de la temporada es claramente distinta pues para ellos esta celebración no es originaria. Sin embargo, explorando el desarrollo de sus celebraciones se encuentran algunos elementos coincidentes, por ejemplo, el celebrar la amistad y el amor como temas humanos (algo que básicamente festejan los jóvenes chinos con encuentros de afecto e intercambio de pequeños regalos), o el que, en esta época en sus metrópolis, los niños esperen obsequios (depositados como rellenos de medias que ellos dejan en sitios evidentes). Otro elemento es el empleo de la manzana (y la naranja) como símbolo de paz y riqueza, a diferencia de nuestro significado originario, ya referido. Finalmente se acota sobre la decoración de los ambientes para esta época, ellos con frecuencia utilizan el papel y los colores resaltantes en sus celebraciones, ahora se nota el creciente el empleo del “árbol de luces” al cual adornan con cadenetas de papel, flores en colores brillantes y juegos de luces programadas tecnológicamente.

Otra cultura importante en la revisión es el hinduismo, en ella tampoco se incluye la navidad, sus celebraciones que refieren al amor y al respeto entre los hombres no concuerdan con las fechas decembrinas. Si bien se debe notar que en las celebraciones del 21 al 25 de diciembre en honor a Ganesha se fomenta la relación familiar entre los hindúes. En ella, los últimos tiempos, se han venido incorporando elementos de tradiciones populares occidentales, pero se debe resaltar que su intención es más de acercamiento y un gesto de respeto y tolerancia.

Queda claro que nuestros simbolismos decembrinos no tienen coincidencia estructural con esas culturas populosas.

 El árbol de navidad en Venezuela.

En nuestras fiestas navideñas se emplea profusamente el nacimiento (Belén o pesebre) y también el icónico árbol navideño. Las municipalidades emplean los árboles de las plazas y los comercios emplean versiones vistosas en sus vitrinas, tradicionalmente todos compiten por la gracia y creatividad en sus decorados.

Arbol de Navidad venezolano

Arbol de Navidad venezolano

Los elementos y significados del árbol navideño están apegados a la prédica religiosa, por ejemplo, cada color empleado tiene una oratoria asignada (azul: reconciliación, plateado: agradecimiento, dorado: alabanza, rojo: petición) los objetos y sus formas geométricas también tienen una lectura específica. Juan Pablo II, al respecto, refirió que “…el mensaje del árbol de Navidad es vida ‘siempre verde’, como don en sí mismo, en la amistad y en el afecto sincero, en la ayuda fraterna y en el perdón, en el tiempo compartido y en la escucha recíproca».

Posiblemente el árbol de navidad fue introducido a Venezuela hace muchos años, pero lo seguro es que se hizo popular con la presencia de los americanos con la explotación petrolera. Por aquellos tiempos, dado el costo de los elementos importados o el de los pinos que vendían a tal objetivo, se fue haciendo hábito su elaboración doméstica. Así, miembros de la familia iban al campo a seleccionar y cortar ramas, que en casa se untaban con pegamento y se cubrían con algodones o partículas de anime, con líquenes o musgos, hasta se empleaba pintura blanca o verde. Luego se sostenían con tierra en vasijas para alumbrarlas con luces navideñas y adornarlas con unas novedosas bombillas de vidrio colorido.

El arbolito por sí mismo no tenía la prestancia del nacimiento, pero fue ganando lugares. La industrialización bajó su costo y la simplicidad de su instalación lo hizo presente en oficinas, vitrinas y lugares insospechados.

Se destaca del árbol el haberse consolidado como otro símbolo de navidad y que en sus adentros guarde mitologías ancestrales. Pero se resalta el que el sencillo arbolito juega un rol de ambientador en la reunión familiar, en la convocatoria de cariño y de unidad que trae la navidad entera.

Luis Vásquez.