La guerra del ambar

Por Gabriel Rumor

Myanmar

Myanmar

En Myanmar, el antiguo reino de Birmania,  naturalistas como los que en el siglo XIX exploraban en busca de nuevas especies vegetales y animales, intentan ahora armar una minuciosa crónica de la vida en las selvas tropicales hace cien millones de años, escudriñando en los restos fósiles atrapados en su riqueza de ámbar.

Fosiles valiosos

Fosiles valiosos

Uno de ellos habla incluso de un ambiente de frenesí, casi orgiástico, en el reportaje de la revista Science sobre la avalancha de estudios publicados, mientras, en China, los paleontólogos salivan, codiciosos, ante el maná de millares de insectos, aves y hasta bichos acuáticos como sapos y salamandras, que aguardan a ser extraídos, a pesar de las turbulencias políticas que sacuden aquellas remotas selvas asiáticas.

Tesoros de la naturaleza

Tesoros de la naturaleza

En la provincia de Kachin, esas  riquezas son, precisamente, el combustible que alimenta en armas y dinero la guerra civil que opone al gobierno y guerrillas, contrabandeadas hacia China en un comercio que se estima en millardos de dólares para satisfacer la demanda de los científicos pero, también, de joyeros y coleccionistas privados.

Fósiles en ambar

Fósiles en ambar

Y ese híbrido de ciencia y comercio plantea problemas  eticos y legales inéditos alrededor de la riqueza que por azar se acumuló en tiempos muy remotos, cuando los árboles comenzaron a segregar enormes cantidades de una resina que devoró la vida natural circundante, fijandola para la eternidad en piezas hermosísimas de un ámbar que, precisamente por su exotismo y belleza estimula la codicia comercial.

Ambar con historia

Ambar con historia

Su valor científico es tal vez mayor, porque el ámbar de Myanmar es formidable para preservar los detalles más minúsculos y los tejidos más sutiles, secando las piezas y encapsulándolas en una materia practicamente irrompible, a salvo de hongos y  putrefacción; sobre todo porque es más antiguo que el ámbar de las costas del Báltico o extraido en la República Dominicana.

Codicia comercial

Codicia comercial

En síntesis,  no tiene rivales por la variedad de sus especimenes, sus cuantiosas extracciones y las dimensiones de sus piezas, a veces monumentales; al punto que, en 2018, los científicos registraron 321 nuevas especies preservadas de manera inmaculada y algunos afirman que no hay una mayor biodivrsidad en ningún otro depósito fósil sobre el planeta.

Cómo extraerla para su estudio, entonces, en una región que asiste desde hace decenios al conflicto entre el gobierno central y el ejército de independencia local, por el  control de las ingentes reservas de jade, madera y, más recientemente, el ámbar; en especial porque a los mineros y comerciantes les tiene sin cuidado la geología y la legislación vigente propicia su contrabando al clasificarlo como piedra semi-preciosa, apta para la exportación.

Xing Lida, a la derecha.

Xing Lida, a la derecha.

Para éso, desde hace cinco años, el paleontólogo chino Xing Lida creó una red de compradores, al margen de la burocracia museistica, para obtener las piezas que aparecen en el mercado, incluso a los precios exhorbitantes que exigen los mercaderes birmanos; inicialmente, con su propio dinero, y luego convenciendo a sus padres, también académicos, para convertir el fruto de la venta de la casa familiar al Sur de China en el Instituto de Paleontología Dexu en la provincia de Guandong, que alberga una colección permanente al alcance de otros científicos.

Wang  Bo (izq) y Xia Fangyuan.

Wang Bo (izq) y Xia Fangyuan.

También en China, en el Instituto de Geología y Paleontología de Nanjing, el doctor Wang Bo ostenta una monumental colección de 30 mil piezas de plantas e insectos prisioneros en el ámbar, que aguardan para descubrir un estimado de hasta cinco mil nuevas especies, con el auxilio de  la tecnología más moderna; mientras su competidor, el coleccionista Xia Fangyuan confiesa invertir casi un millón de dólares todos los años en la compra de pájaros, sapos, arañas, lagartijas y hasta un mantis preservado de manera impresionante,  que esconde en las bóvedas de un banco para mostrarlo exclusivamente a quienes visitan su mansión en Shanghai.

Ambos han manifestado la intención de convertir sus tesoros en museos privados, abiertos al estudio de investigadores externos, en tanto que la violencia política sigue cobrando vidas y forzando el éxodo en la convulsionada región, al punto que un informe de la ONU reclamaba, en 2018, el enjuiciamiento de la cúpula militar por elitos de genocidio y crímenes contra la humanidad.

Mientras tanto, la herencia geológica sigue filtrándose por las fronteras de Myanmar y gentes como Xing Lida, que ponen énfasis en su motivación científica y establece paralelos con el despojo que China sufrió en siglos pasados, expresa su disposición a restituir su colección, previa la lógica compensación monetaria, cuando el país recupere algún día su tranquilidad.

Varsovia, agosto 2019