¡BRAVO! EUROPA REVERDECE

  por Gabriel Rumor

Sea por convicción o como resultado del áspero cabildeo para cuadrar el respaldo necesario de las cada vez más numerosas familias políticas del Viejo Continente, es bienvenida la actitud de la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la esfera de la ecología.

Que es, además y sobre todo, oportunísima para balancear la miopía de la Administración estadounidense en todo cuanto concierne al problema ambiental, más importante y crucial que cualquier otro en el panorama global y que exige antes que actitudes pueriles la máxima cooperación de los estados y las organizaciones internacionales.

Ursula Von Der Leyen

Ursula Von Der Leyen

La hasta ahora ministra de la Defensa alemana, electa por un estrecho margen, ha ubicado el cambio climático y el medio ambiente entre las prioridades de la agenda para el venidero quinquenio, fijándose entre el 40 y el 50% respecto de 1990 la reducción de las emisiones contaminantes al horizonte de 2030.

Europa, ha ofrecido, se plantará en primera linea de las negociaciones futuras y procurará inducir en un mismo espíritu a los demás actores importantes del planeta.

Es algo que exigirá ingentes recursos, porque, según afirma, no es tiempo lo que abunda y la exigencia es cambiar de conducta, penalizar las emisiones ee CO2, invertir en investigación y desarrollo y financiar proyectos verdes y asegurar que la transición sea equitativa, porque no todas las regiones se hallan en el mismo punto de partida.

Emisiones de CO2

Emisiones de CO2

Lo que es bueno para el planeta debe serlo para la gente y la economía, es la verdad de perogrullo que repitió hasta el cansancio la nueva presidenta y, cuando se le presiona para saber de dónde saldrán los recursos para que ese papagayo pueda cantar más allá del lindo dibujo, confía en que las prioridades correctas serán establecidas en el Marco Financiero Multianual.

“Si ahora no invertimos más en esas áreas, pagaremos más tarde un precio mucho mayor como penalidad por las altas emisiones, tecnologías obsoletas y pérdida de empleos”, ha dicho, subrayando que si la Unión Europea se beneficiaría de esa ventaja a condición de situarse a la vanguardia.

Se espera un documento rector en los primeros cien días de su mandato, con iniciativas legislativas para hacer de Europa, a mediados de siglo, el primer continente libre de contaminación, mediante una estrategia de biodiversidad, impuestos para evitar que las compañías transfieran sus actividades a países con un marco legal  más laxo y la bicoca de un billón de euros para la próxima década, creando con parte de los fondos del Banco Europeo de Inversiones un banco centrado en los asuntos climáticos y canalizando los esfuerzos privados hacia proyectos ecológicamente sanos en cada rincón del continente.

Por supuesto, no escasean las voces críticas de legisladores ecologistas que hubiesen aspirado a planteamientos más radicales, y no será fácil la tarea de la nueva presidenta para hacerse del apoyo de los estados miembros, sin cuyo consenso todo quedaría en buenas intenciones.

Y, sin embargo, por una parte, ni la inercia o la inacción son ya aceptables ante la magnitud del desafío, y, por la otra, la señora Ursula von der Leyen demostró en sus relaciones con una familia de seis hijos y con los militares de su propio país la suficiente sagacidad para salir con éxito, también, de estas nuevas responsabilidades.

Varsovia julio 2019.