La Ecología Familiar, un estilo de vida al alcance de todos

 

 

Por Marisela Valero @lavalero

 

 

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Recordando que cada 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, reconocemos a todos aquellos que con su ejemplo, sus enseñanzas, su persistencia, promueven cada día nuevos modos de aprender a cuidar y proteger nuestro planeta.

De manera especial rendimos homenaje al profesor Hernán Papaterra (1948-2022), quien dedicó gran parte de su vida a promover la Educación Ambiental en Venezuela y aunque ya no está entre nosotros, su legado sigue vigente entre quienes lo conocimos.

Y porque considero que la Educación Ambiental debe comenzar en el hogar, desde la familia, como un modo de vida, que se extiende a la escuela y la comunidad, en el podcast de Planeta Vital converso con buenos amigos, Lucy, mi querida colega psicóloga con quien me gradué en la UCAB, su esposo Lloyd, quienes junto a su hija Alejandra conforman una de las familias más ecológicas que conozco.

De ellos aprenderemos mucho sobre la Educacion Ambiental, desde una visión profunda e integral.

Familia ecológica. Foto Pixabay

Familia ecológica. Foto Pixabay

Viven en una zona rural de Massachussets, Estados Unidos, allí tuvimos un grato encuentro para compartir sus ideas y sentires acerca de la ecología como un modo de vida, el ser amigables con la naturaleza de una forma cotidiana, nada forzada, con la convicción de que tenemos que cuidar nuestro entorno y nuestra casa para sentirnos bien.

Como dice Lucy,  nuestro planeta es nuestro hogar y los adultos somos los máximos responsables para que este sea un lugar mejor para nuestros hijos y para nosotros mismos. Todo lo que hacemos por mejorar nuestro ambiente también mejora nuestras vidas, nuestra salud.

Ella aprendió de su esposo, porque desde que se conocieron el ya practicaba muchas de las técnicas de reciclaje, composteros, ahorro energético y le enseñó cómo hacer la composta de forma sencilla, por lo que desde ese momento mantienen el hábito de guardar en un recipiente los desechos orgánicos como se muestra en la foto y luego los trasladan a otro de mayor tamaño, hasta que llegan al compostero ubicado en el jardín, que sirve luego para abonar las plantas y su huerto familiar.

Usan un envase pequeño en la cocina para la composta y luego lo pasan a otro más grande

Usan un envase pequeño en la cocina para la composta y luego lo pasan a otro más grande

Por su parte Lloyd es un ejemplo de cómo se puede organizar el tiempo para dedicarle atención a mantener un compostero, sembrar pequeñas cosechas o huerto para el consumo familiar, a pesar de ser un profesional muy ocupado en su trabajo diario, siempre deja un espacio en su agenda para atender su alma ecológica.

Tienen un huerto familiar, donde cultivan ciertos vegetales y frutas de forma orgánica. que consumen en su dieta diaria y además regalan a los amigos y vecinos.

Nos comenta Lloyd en el podcast que cuando el visitó hace más de 20 años un vertedero de basura, le provoco llorar al ver cómo los humanos están destruyendo el ambiente y contaminando todo a su paso, viendo cómo el agua que su propia familia se toma puede ser tóxica decidió comprometerse a ser ecológicamente responsable, transmitirlo a su familia, ser portavoz de ese mensaje, porque sabe que es vital para las generaciones que vienen.

Basurero. Foto Pixabay

Basurero. Foto Pixabay

Y con papá y mamá siendo modelos ecológicos, Alejandra, su hija, creció con esta manera de vivir como algo muy natural, por lo que ahora, convertida en una joven profesional exitosa, graduada en Música y por cierto, en Ecología también.

Y es que definitivamente los niños aprenden lo que viven, para Alejandra es simplemente la mejor forma de seguir sus actividades cotidianas como siempre lo hizo en su hogar, por eso es tan importante la educación en valores ecológicos desde la familia, la escuela y por supuesto la comunidad en general.

Alejandra creció con valores ecológicos

Alejandra creció con valores ecológicos

Cuando le pregunté si le ha sido difícil manejar esta forma de vida ecológica mientras estudiaba en la universidad, ella me respondió que aunque muchos de sus amigos no tienen arraigado el sentido ecológico, en el fondo sabe que no quieren dañar el medio ambiente, que prefieren ser amigables con la naturaleza, así que ella los apoya y les da opciones para que poco a poco se vayan acercando a un estilo de vida más sustentable.

Ahora que Alejandra trabaja y vive en New York,  junto a sus compañeros de apartamento siguen las prácticas ecológicas aún no siendo un espacio rural como en el que ella creció, clasifican sus desechos y me contó que guardan los restos orgánicos en una bolsa en la nevera para que no se descompongan y los fines de semana los llevan a un mercado de agricultores locales donde los reciben para hacer composta, así que están felices porque cada vez hay menos desechos en su hogar.

Podemos recordar una regla sencilla para ayudarnos a ser más ecológicos. La regla de las tres erres: reducir, reusar y reciclar, que ahora incluye además  2 nuevas erres: reparar y recuperar.  Si nos animamos a ser familias más ecológicas seguramente podemos transformar nuestro hogar, el vecindario, la ciudad y por supuesto el planeta, porque estamos todos interconectados.

Sostenibilidad

Sostenibilidad

Prácticas cotidianas para ser familias más ecológicas

#1. Procurar el uso de transporte con energías más limpias: Preferiblemente, si es posible, usar el transporte público, montar bicicleta, vehículos eléctricos y lo mejor, las caminatas porque además te ejercitas.

#2. Minimizar el consumo de agua: hay mucho consumo de agua en un hogar y un montón de oportunidades en la que podemos tener más cuidado. Al ducharnos, lavarnos los dientes, fregar los platos o poner la lavadora fundamentalmente. En muchos lugares se está utilizando el agua de lluvia, por ejemplo en Venezuela la Organización Tierra Viva tiene un proyecto  llamado “Acción Climática, Agua y Salud”, en el cual están colocando Cosechas de Agua en Comunidades rurales y de escasos recursos.

Son variadas y novedosas las iniciativas que permiten el ahorro de este vital líquido.

#3. Minimizar el consumo energía: básicamente se refiere al ahorro en electricidad apagando la luz cuando no se requiera, al igual que mantener apagados y desenchufados los electrodomésticos, uso racional del aire acondicionado y calefacción. Colocando celdas solares en los techos es una forma muy efectiva de ahorro energético. Hay varios paises que están subsidiando este tipo de opciones para aquellas familias que quieran tenerlo en sus hogares.

#4. Cambiar nuestros hábitos de compra generando menos residuos y desechos: se trata de cambiar nuestra mentalidad de consumo constante y de usar y tirar para tener una mentalidad de un consumo mucho más consciente. Debemos pensar si realmente necesitamos lo que vamos a comprar e intentar reducir el consumo de plásticos, sobre todo los de un solo uso. También podemos comprar productos locales que dejen menos huella de carbono en su transporte. Imprescindible llevar nuestras bolsas reusables al momento de hacer compras. De ser posible ir a los establecimientos donde puedas llevar tus propios envases y recargar los productos.

Clasifica tus desechos

Clasifica tus desechos

#5. Reciclar la mayor parte de residuos que generemos: Esta práctica comienza en el hogar y debe extenderse a las escuelas, todos los espacios públicos posibles. Tener dentro de la casa contenedores destinados para la clasificación de nuestros desechos, lo que se adapte a nuestras necesidades, por ejemplo cajas o cestas donde coloquemos papeles y cartón, aparte otra para plásticos, otra para vidrios, latas y el envase para los desechos orgánicos con los que se puede hacer composta. De esta manera nuestro pipote de basura solo llevará muy pocos desechos al camión y por ende se disminuye el nivel de contaminación.

#6. Reparar antes que desechar. Dejar el hábito de botar todo aún cuando todavía puede repararse y darle más vida. Hay que considerar que reparar permite dar una nueva utilidad a un bien, ahorrar recursos y además, en general suele ser menos costoso que adquirir un producto nuevo.

#7. Recuperar: Es poner en servicio nuevamente un bien que no necesariamente esté averiado. Se puede aplicar el concepto a computadoras o electrónicos que realizando algunos ajustes o cambios de componentes menores, pueda ajustarse a un uso acorde a las necesidades esperadas.

Si van a llevar sus desechos a algún lugar de reciclaje recuerden el color de los envases y  lo que deben colocar dentro: Amarillo: latas, plástico y brick-; azul: papel y cartón; verde: vidrio. Pero hay más, hay muchos materiales y productos de uso común como ropa, bombillas, pilas, sartenes, aceite que también podemos reciclar.

Comprar orgánico es más sano y no es más costoso a la larg

Comprar orgánico es más sano y no es más costoso a la larg

La excusa más común para no cambiar: ¡Ser ecológicos es más costoso!

Ante esta expresión de inmediato me hago otra pregunta, ¿cuesta más comer saludable que pagar los tratamientos en las clínicas al enfermarnos? Lucy me secunda y hace otra pregunta: ¿dónde quieres poner tu dinero?, porque ella comenta que mucha gente compra cosas costosas y que quizás no necesita, pero le parece que debe ahorrar en alimentos saludables porque los considera costosos.

Es un tema que trae mucha discusión y no pretendemos resolverlo en este corto espacio, porque se trata de políticas públicas, hábitos de consumo, mercadeo y especialmente educación al consumidor, pero si queremos dejar ideas que aporten soluciones prácticas.

Aquí les dejo algunas consideraciones de Ksenia, autora de la cuenta de Instagram de @Intomind_Mx. Financiera de profesión, Minimalista en entrenamiento y apasionada de la sostenibilidad.

¿Cómo cuidar de tu bolsillo y del planeta al mismo tiempo?

Cuidar la salud es cuidar tu economía

Cuidar la salud es cuidar tu economía

Ella dice que nuestras decisiones cotidianas sobre qué comemos, cómo nos trasladamos, qué productos consumimos y cómo los desechamos, tienen un impacto enorme en nuestra salud y el medioambiente, y también en la economía.

Aquí te dejo algunas ideas que te pueden ayudar a cuidar el planeta y ahorrar dinero en tu día a día. Son acciones muy sencillas, pero que significan un gran cambio:

🌱  Planea.

Todos los gastos se pueden dividir entre: necesidades, deseos y, como me gusta llamarles, tonterías. Gastar en comida, renta, ropa básica y servicios básicos es necesario. Consentirte con un postre, comprarte un reloj o salir de viaje es generalmente puro gusto, deseo. No comprar boletos para el cine o concierto con anticipación y tener pagar el doble o triple en taquilla el día del evento, sería para mí una tontería.

¿Cuántas veces te ha pasado que, por ejemplo, por no traer tu snack contigo terminas pagando por uno más caro, y además empacado en plástico? O, qué tal cuando sales de paseo y olvidas tu botella de agua, por lo que terminas comprando? Si sumamos estos gastos hormiga a lo largo de cada mes, verás que sumados no son tan insignificantes. Además, ¿cuánta basura generamos con cada compra? Estos gastos pueden disminuirse considerablemente, o hasta evitarse por completo. Solo es cosa de planear.

🌱 Compra a granel.

Al comprar tus productos solo en la cantidad que necesitas y sin empaque desechable, ahorras dinero y generas menos basura. Cada año, acaban en el océano unas ocho millones de toneladas de plástico.  Seguro has visto imágenes de tortugas, ballenas, peces y gaviotas muertas por haber ingerido plásticos, confundiéndolos por comida.

Una forma de evitar que este problema siga volviéndose más y más grande, es dejar de comprar productos empacados. Cada día hay más opciones para hacer compras a granel. Frutas y verduras, legumbres, granos y más – todo lo puedes comprar en tus propios contenedores en cualquier mercado, algunos supermercados, o en tiendas especializadas. Existen ya tiendas zero waste en donde puedes comprar desde granos, cereales, tés y aceite hasta detergente y shampoo, todo libre de cualquier empaque.

🌱 Regla de vida: ¡Compra solo lo que de verdad necesitas!

En especial cuando veas productos en oferta, descuentos irresistibles o promociones tipo 3×2, no te dejes llevar por las campañas de marketing. Detente un momento para pensar si de verdad es algo que necesitas. La mayoría de las veces puedes usar algo que ya tienes, puedes pedirlo prestado o conseguirlo de segunda mano, en lugar de hacer compras no planeadas. Cuando vayas de compras haz una lista de lo que necesitas y proponte no comprar de más.  El consumo debe quedarse ya en el pasado. Sí se puede, ¡haz un esfuerzo!

Usa bolsas reusables

Usa bolsas reusables

🌱 Invierte en productos reutilizables.

Como regla general: no uses productos desechables – mucho menos si se trata de productos de un solo uso. Vasos, cubiertos, platos, popotes, envolturas y bolsas, todos estos abundan en materiales baratos y altamente contaminantes, como el plástico o el unicel. Puedes reemplazar todos estos por productos de materiales duraderos como contenedores reutilizables.

Tus productos reutilizables pueden ayudarte a ahorrar a largo plazo y, nuevamente, evitarás la generación de una enorme cantidad de basura no reciclable.

🌱 Cocina en casa en lugar de pedir a domicilio. 

Cocinar en casa es más saludable y más económico. Además, evitas todas las envolturas, recipientes de limones, bolsitas de salsas, y hasta la gasolina de la moto. Si no tienes tiempo para cocinar diario, puedes hacer Meal Prep. Es decir, planificar y preparar tus menús con anticipación de una vez para varios días, para toda la familia. Refrigeras o congelas la comida hecha, y la vas consumiendo durante la semana. Algunos ejemplos son, un día a la semana preparar frijoles, garbanzos, salsas, cortar verduras y tenerlo todo listo en el refrigerador para el resto de la semana. Comes rico y saludable, sin contaminar y a menor costo.

🌱 Haz tus propios productos.

Si eres curioso, te gusta aprender cosas nuevas y experimentar con diferentes recetas, puedes elaborar tus propios productos. Busca en Pinterest, Youtube o Instagram recetas, hay muchas cosas que fácilmente puedes hacer en casa. Aquí te dejo algunos ejemplos que te sugiero para empezar:

• Preparar leches vegetales es de lo más sencillo. Solo necesitas dejar remojar almendras, nueces, soya, avena o lo que te guste, licuar, colar… y ¡listo! Tienes tu leche nutritiva, sin conservadores, sin empaques, y mucho más barata. Refrigérala hasta 4 días.

• Puedes usar vinagre y bicarbonato de sodio para limpiar casi cualquier superficie en tu casa. O puedes hacer productos de limpieza con base en estos ingredientes agregándole otras esencias, como cáscara de naranja o de limón.

• También puedes usar plantas aromáticas y aceites esenciales en lugar de aerosoles.

🌱 Infórmate.

Al comprar cualquier producto, revisa la información de sus materiales, origen y si fue hecho por una empresa socialmente responsable. No caigas víctima de las malas prácticas de greenwashing. Al comprar de negocios que de verdad cuidan el medio ambiente, estás apoyando con tu dinero a esta causa.

Familias ecológicas

Familias ecológicas

Como puedes ver, ser “verde” no es complicado. Consumir de forma responsable básicamente significa comprar solo lo que necesitas y aprovecharlo al máximo. Todo empieza con cambiar de mentalidad, y cambiar de hábitos. El primer paso es quitarnos la idea de que ser un consumidor consciente es más caro o más complicado… todo lo contrario, simplificar nuestro consumo nos simplifica la vida y nos ahorra dinero. Si todos hiciéramos estos [o algunos de estos] cambios en nuestras rutinas diarias, veríamos un dramático cambio en las dinámicas del mercado y en el medio ambiente. Recuerda que cada pequeña acción cuenta. Tu bolsillo y el planeta te lo agradecerán.

Donde pones tu corazón está la respuesta.

Pon tu corazón en el planeta

Pon tu corazón en el planeta

Lucy nos deja este mensaje final: «donde pones tu corazón allí está la respuesta, depende de lo que deseas para tu vida, para tu familia, para mi es natural consumir lo que nos hace sentir saludables, vivir en un lugar donde sabemos que no hay tóxicos en los desinfectantes que usamos para lavar nuestros platos, ropas, pisos, baños, porque al usarlos estamos dañando nuestro cuerpo, aunque no nos demos cuenta, igual que consumir alimentos procesados, enlatados, con conservantes químicos, cada vez hay más información sobre el riesgo para la salud, así que prefiero invertir en lo que me hace vivir mejor y para nosotros eso no es un sacrificio, es nuestra razón de vida!

Desde Planeta Vital los invitamos a sumarse a nuestra comunidad de almas y corazones verdes.

Que los niños se acerquen a la naturaleza

Que los niños se acerquen a la naturaleza

¡No más excusas! Ya hay mucha información que nos ayuda a protegernos y cuidarnos como familias y como ciudadanos ecointeligentes. Leer las etiquetas de los productos, no dejarnos llevar por ofertas engañosas, seleccionar los productos locales para apoyar las ecogranjas y la ganadería sustentable, informarse bien con los especialistas confiables sobre la nutrición saludable, salud integral, programas de educación ambiental.

La familia, como todos sabemos, es el núcleo fundamental de toda la sociedad, es la célula que genera tejido social, así que hay que cuidar esas células m equilibrio con la naturaleza, porque finalmente somos un todo interconectado y lo que hacemos tiene repercusión en todo el planeta, el universo y se nos deuelve, como concluyó nuestra invitada, cuando arrojas plástico al mar, los peces se lo comen y luego tu y tu familia se comen ese pez y por ende el plástico que llevan dentro.

Alejandra nos deleitó con su música

Alejandra nos deleitó con su música

El podcast de Planeta Vital está acompañado en esta ocasión por bellas composiciones de Alejandra Sofía, la hija de Lucy, que como les comenté estudió música, pueden seguirla en Instagram como @alejandrasofiamusic.

Fuente: https://www.zero-waste.mx/post/bolsillo-planeta