Formidables implantes cerebrales

MIRAMUNDO por Gabriel Rumor

MIRAMUNDO por Gabriel Rumor

Implantes cerebrales que permiten la comunicación de personas con incapacidad motora; tal es la gran noticia recogida por dos de las publicaciones científicas más prestigiosas del mundo, subrayando que el interés comercial suscitado es garantía de que estarán disponibles del vasto público en un futuro no tan lejano.

Una mano artificial controlada mentalmente. foto Pitt-UPMC

Una mano artificial controlada mentalmente. foto Pitt-UPMC

En el Instituto de Tecnología de California en Pasadena –señala NATURE– la neurocirugía consiste en fijar rejillas de electrodos en el cortex cerebral, para recoger neuronas cuyos pensamientos e intenciones son decodificadas mediante algoritmos para operar aplicaciones de computador o accionar una prótesis.

 El proceso que ahora se desarrolla en una docena de laboratorios toma años y requiere cientos de sesiones intensivas de entrenamiento hasta arribar al control de un brazo robótico, usar software de fotoshop y videojuegos, manejar un automóvil simulado y una gama creciente de labores como una prótesis sonora para personas privadas del habla a resultas de un infarto.

La mayoría de las operaciones solían realizarse en una compañía basada en Salt Lake City, Utah, pero el interés comercial se ha consolidado desde que el multibillonario Elon Musk lanzara la suya propia en San Francisco, para conectar humanos y computadoras, abriendo el camino a la carrera por el financiamiento de un sector evidentemente promisor, una vez que de la experimentación limitada de la tecnología se pase a su aplicación en una escala más amplia.

Creando imágenes. Foto Tyson Aflalo

Creando imágenes. Foto Tyson Aflalo

 THE SCIENTIST, por su parte, reseña el caso de un hombre de 36 años -afectado de una enfermedad neurodegenerativa progresiva que mata las neuronas motoras y conduce a la muerte en un lapso de cinco años- que recuperó la capacidad de comunicarse mediante frases completas después del correspondiente implante cerebral en la Universidad alemana de Tubingen.

El neurólogo Edward Chang, de la Universidad de California, ayuda a un paciente paralítico a hablar mediante un implante conectado a una computadora foto Mike Kai Chen-The New York Times-Redux-eyevine

El neurólogo Edward Chang, de la Universidad de California, ayuda a un paciente paralítico a hablar mediante un implante conectado a una computadora. Foto Mike Kai Chen-The New York Times-Redux-eyevine

No se trata, desde luego, de una solución milagrosa a la vuelta de la esquina y la mayoría de los investigadores comprenden perfectamente el arduo trabajo que aguarda todavía en una carrera contra dificultades de magnitud creciente, para homologar el funcionamiento de las prótesis y liberar al paciente de la tutela del controlador, y es que, según explica uno de los expertos, las variaciones existentes entre los seres humanos inciden en las respuestas de los circuitos cerebrales a la colocación de los electrodos.

En resumen, porque nunca como ahora mantiene vigencia y plantea retos enormes la conseja de que cada cabeza es un mundo y, last but not least, sin olvidar que estos procedimientos revolucionarios deberán respetar siempre las fronteras éticas que salvaguardan los derechos humanos y nuestra privacidad.

Varsovia, abril 2022