EL EVEREST BAJO LA CACA

 por Gabriel Rumor

Es lastimoso comprobar que nada ha cambiado para el Everest desde que PLANETA VITAL lo calificó en enero de 2012 como el basurero más vergonzoso del planeta, ahora que el diario GLOBAL TIMES reporta que la treintena de empleados a cargo de su limpieza recogió desde abril casi nueve toneladas de residuos; una cuarta parte de ella, caca de los excursionistas.

 

Los residuos van en aumento en el Everest

Los residuos van en aumento en el Everest

Hasta aquella fecha, más de 2.500 montañistas habían seguido los pasos de sir Edmund Hillary, desde que alcanzó la cumbre en 1954. A pesar del esfuerzo físico sobrehumano de una hazaña que requiere, además, costosísimas inversiones, y los efectos de una tal masificación, ya patentes en sus senderos, motivaban la exigencia de los grupos ecologistas de su preservación.
Es cierto que las principales rutas de ascenso lucían entonces más limpias que en los años 70, pero una coalición de ambientalistas mantenía la presión para que el gobierno nepalí adoptase una legislación más severa en favor de la pureza de los Himalayas en tiempos del turismo multitudinario.

Los montañistas tienen que tomar consciencia de su nefasta huella en El Everest

Los montañistas tienen que tomar consciencia de su nefasta huella en El Everest

No bastaba limpiar de vez en cuando, advertían, porque era necesaria una mejor administración de los residuos, y para ello exigían la instalación de excusados portátiles, incineradores de basura y plantas de tratamiento, y penalidades más severas contra los excursionistas descuidados, azotes de semejante paraíso natural.

Acampar en un basurero vergonzoso

Acampar en un basurero vergonzoso

Solamente en la primavera del 2011, las autoridades recogieron 25 toneladas de porquerías -entre papel y plásticos y detritus humanos- e incluso cuatro cadáveres que reposaban en las alturas desde hacía muchos años, preservados por el hielo y la nieve.

Lamentable la acumulación de residuos en el Everest. Foto cortesía de Caters News Agency

Lamentable la acumulación de residuos en el Everest. Foto cortesía de Caters News Agency

La limpieza a ocho mil metros sobre el nivel del mar es casi tan complicada como alcanzar la cima, explica ahora al diario de Beijing un escalador chino que la conquistó en 2016 y ahora participa en la limpieza de la montaña, porque cuanto más se sube, hay menos basura doméstica y más equipos de alpinismo, como cilindros de oxígeno, tanques de gasolina y tiendas de campaña.
Durante esta última temporada – entre marzo y finales de mayo- ascendieron 202 viajeros por la parte tibetana y otros 446 lo hicieron por la nepalí, cada uno portador, además del equipo, de dos bolsas de basura con capacidad para ocho kilos, que deben devolver llenas o pagar cien dólares de multa por cada kilo faltante.

Botellas vacías de oxígenos desparramadas por el Everest. Se salvan a costa de enfermar la montaña

Botellas vacías de oxígenos desparramadas por el Everest. Se salvan a costa de enfermar la montaña

Según el Global Times, ninguna multa ha sido aplicada este año porque los escaladores han adquirido conciencia del valor del medio ambiente, y la mayor parte de la basura que recogen –exceptuadas, por supuesto, las deyecciones humanas- puede reciclarse y convertirse en souvenirs para los turistas.
Varsovia septiembre 2018.