Los animales y sus protectores, un equipo vital.

                                          

Por Marisela Valero @lavalero

Estoy a favor del derecho de los animales, al igual que del derecho de los humanos. Ese es el camino de un ser humano completo.
Abraham Lincoln

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Mis invitados en esta ocasión son personas muy comprometidas con la proteccion de los animales domésticos.

Converso con Mariant Lameda, desde España  y con Moisés González desde Chile, ambos fundadores de la Red de Apoyo Canino -RAC-, una organización sin fines de lucro venezolana, dedicada a valorar la figura del animal comunitario, ofrecer formación para que los proteccionistas puedan ser más eficientes en su ardua labor, muchas veces mal entendida y también a organizar jornadas de esterilización a perros  y gatos , garantizando una mejor calidad de vida para estos compañeros de camino del ser humano.

La RAC se rige por un principio fundamental: el respeto a la dignidad del animal.Están en contra de toda acción de maltrato contra los animales, sea cual sea su motivo. Su función no es tener albergues o refugios, sino educar y apoyar a las comunidades, para resolver de forma efectiva y eficiente el cuidado de los animales que conviven con ellos.

Justamente, los proteccionistas son personas comunes y corrientes, que dedican buena parte de su vida diaria a realizar pequeñas o grandes acciones (desde darle algo de comer al perro de la plaza a organizar una masiva manifestación), que conduzcan a mejorar las condiciones de vida de los animales más indefensos, en el corto, mediano y largo plazo. Podríamos decir que el proteccionismo, hace parte o es una versión específica, de un movimiento más amplio en defensa de todas las especies animales (liberacionistas, veganos estrictos) y de la naturaleza en general.

Cuenta con una fundamentación básica que consiste en proponer y entender que los animales también experimentan dolor físico, ansiedad, alegría, miedo. Es decir, que tienen capacidad de sentir y no son objetos descartables que podemos «cosificar», tratar como cosas sin vida.
Puntualmente en Venezuela y otros país latinoamericanos, por algunos factores de índole sociocultural, el proteccionismo animal está centrado en atender las penurias de gatos y perros en situación de calle o abandono, que conforman parte de la llamada “fauna doméstica callejera”. Entiendo también, que son los animales más próximos y visibles, sobre todo en grandes ciudades densamente pobladas.

Los proteccionistas bien pueden ejercer su acción de manera aislada, individual y atomizada o a través de organizaciones o redes de apoyo que procuren un mayor alcance o impacto. Lógicamente, el enfoque o modalidad por la que se opte, definirá mucho de los mecanismos particulares de actuar. Existiendo, sin embargo, un sustrato común y ampliamente compartido, que es el de intervenir de forma activa para proteger de la indefensión a animales vulnerables.

En términos formales, no existe una suerte de decálogo o manual del proteccionista animal, pero si creemos posible sistematizar algunos rasgos más o menos comunes:

– Sensibilidad y preocupación por los animales.
– Determinación a involucrarse a solventar una situación de maltrato o abandono.
– Destina parte de su tiempo y recursos al activismo por los animales.
– Procura extender su racionalidad sensible a más personas de su entorno cercano
– Riesgo de construir nociones propias de un “guetto” o alejadas de la realidad.

Nos comentan Mariant y Moisés que existen muchos prejuicios sobre las personas que se dedican a la protección de animales. El más común es referirse a ellos como “la loca o loco de los gatos o los perros”, también se suele argumentar que se dedican a criar animales porque nadie los quiere o no tienen hijos y así muchos otros malos entendidos sobre la noble labor de muchas personas en el planeta, dedicadas a proteger a los animales.

Es importante hacer campañas y que los medios apoyen para cambiar esta visión sobre los proteccionistas y animalistas.

Vale señalar que la protección de los animales no se limita a los animales domésticos. En realidad, cada ser vivo tiene un lugar vital en el planeta, logrando así el equilibrio de los ecosistemas y la biodiversidad. Todos son valiosos, incluso esos animales que nos resultan desagradables.

Los perros y gatos comunitarios no tienen un solo dueño, son protegidos por los vecinos que se encargan de darles los cuidados básicos. No son perros callejeros, aunque algunos no tienen un hogar, ni un dueño particular.

El perro callejero, por el contrario, es aquel cuyo dueño no hace una tenencia responsable y es mantenido en el espacio público durante todo el día o gran parte de él sin control directo.

La diferencia con el perro comunitario es que éste no se encuentra en una situación de abandono, pues un grupo de personas se ha hecho cargo del animal y le proporciona cuidados básicos, como abrigo y alimentación.

Mariant nos comenta que por eso es muy importante darle apoyo a los proteccionistas en sus comunidades, educar a los niños y dar charlas para sensibilizar a los vecinos, especialmente a quienes no les gustan los animales, para que comprendan con éstos tienen tanto derecho como los humanos a convivir en la comunidad, siempre que se tomen las medidas pertinentes para esterilizarlos, protegerlos y que no sean un riesgo sanitario.

Este es uno de sus programas actuales a los que quieren dar mayor empuje, se trata de ir a las escuelas para que los niños se vayan preparando como proteccionistas, conociendo que ellos de por sí desde muy pequeños son unos auténticos protectores de los animales, amorosos con ellos, hasta que los adultos los van separando de ese amor, les  inculcan temor hacia ellos.

La RAC se encarga de acercarlos de nuevo a ese cariño y respeto que merecen todos los seres vivos y la naturaleza, formándolos como proteccionistas, para que ellos sean promotores y quienes ayuden a sus familias a convertirse en protectores de los animales comunitarios.