Salud y naturaleza: una alianza vital, con Mireya Wessolossky
Por Marisela Valero @lavalero
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Nuestra invitada es la doctora Mireya Wessolossky, médico infectólogo graduada en la Universidad Central de Venezuela, residenciada hace muchos años en Massachussets, Estados Unidos, donde desarrolla un importante trabajo en el UMass Memorial Medical Center, además es Profesora en la Facultad de Medicina en la Universidad de Massachusetts.
Aún con su apellido y su récord profesional en Estados Unidos, cuando conversas con ella, Mireya es más venezolana que los tequeños, con sus comentarios típicos de quien conoce a fondo el sentir nacional, las costumbres, las recetas, aun cuando lleva más de 20 años lejos de su terruño natal.
Nos fuimos hasta el Dean Park de Shrewsbury, allí nuestra invitada se mostró muy entusiasmada de poder compartir sus ideas sobre la gran alianza que existe entre la naturaleza y nuestro modo saludable de afrontar la vida. Comenzando por ella misma, que cuida mucho su alimentación, se ejercita diariamente con largas caminatas o carreras, aún en el clima desafiante de Massachussets, está convencida de que el cuerpo físico es un baluarte que tenemos que cuidar con esmero, para preservar la salud y evitar engrosar las estadísticas de enfermedades crónicas, muchas veces debido a malos hábitos alimenticios y sedentarismo.
Hablamos también de la dimensión cuántica, que cada vez cobra mayor importancia y vigencia entre los investigadores científicos y profesionales de la salud, teniendo por supuesto aun muchos detractores, sin embargo, para la Dra. Wessolossky, es vital incorporar la meditación, visualización y otras técnicas holísticas para mejorar el sistema inmune, apoyar en la recuperación de una enfermedad u operación, afrontar la vida con una actitud que cambia los retos o problemas por oportunidades.
A este nivel se preguntarán ¿Cómo podría ser la naturaleza beneficiosa y generadora de bienestar? Nos gustaría compartir algunas ideas encontradas en un artículo en el site de www.simbiotica.com.
Según un estudio desarrollado por Susan Erickson, coordinadora del Instituto de Investigación e Influencia del Diseño (IDRO) de la Universidad del Estado de Iowa: “Algunas de estas características ambientales se relacionan con el diseño de la instalación de salud en sí misma, pero otras características están relacionadas con el contacto con la naturaleza, como en un jardín curativo o a través de una ventana con vistas a la naturaleza”.
Está demostrado que los pacientes que disponen en su habitación de una simple ventana para contemplar el panorama natural ven acelerada su recuperación e incrementado su bienestar respecto a los pacientes que no tienen acceso a esta ventana. Esta experiencia nos confirma la idea de que los espacios exteriores naturales tienen la capacidad, no sólo de sanarnos, sino incluso de mitigar el estrés en nuestra vida cotidiana.
En el caso de los Espacios de Bienestar ligados a la Naturaleza, los avances científicos recientes tampoco han dejado a nadie indiferente. Desde el inicio del nuevo milenio las investigaciones han sido abordadas desde muy diferentes campos, como el cuidado de la salud, la psicología y el diseño y todos han coincidido en sus resultados.
Los investigadores han logrado detectar 4 grandes grupos de actuación de este tipo de Espacios Naturales de Bienestar sobre las personas:
- Por una parte, han demostrado que logran reducir las actitudes violentas y ayudan a enfrentar la vida de una forma más positiva, especialmente en zonas urbanas.
- Fomentan el bienestar psicológico, aumentando la productividad y la concentración.
- Ayudan en la recuperación a corto plazo del estrés o la fatiga mental.
- Aceleran la recuperación y rehabilitación física y mental de quienes padecen alguna enfermedad.
La Doctora Mireya Wessolossky nos comenta lo fuerte y complejo que ha sido su labor en el Hospital durante este período tan crítico de la pandemia producida por el virus Covid-19, a la vez que confirma, desde su propia experiencia, que su convicción en las prácticas no tradicionales de la medicina, como dijimos anteriormente, la visualización, meditación, respiración consciente, entre otras, le han permitido permanecer sana, transmitirle animo a sus pacientes, no desfallecer a pesar de la enorme carga emocional y física a la que se ha visto sometida en la Unidad de Cuidados Intensivos del UMAss.
Nos sigue comentando nuestra invitada que para ella es fundamental estar en contacto a diario con la naturaleza, abrazar los árboles, escuchar el canto de las aves, sentir la brisa y el sol, escuchar sus pasos en el silencio del bosque, aquietarse un tiempo para meditar en silencio y en especial agradecer, sentirse agradecida con todos y por todo. Y es muy enfática cuando dice que no hay excusas para dedicarse tiempo, ella es muy disciplinada cuando se trata de establecer su agenda personal y respetar ese valioso horario dentro de sus múltiples responsabilidades. “Si tengo que despertarme antes para tomar un avión por cuestiones de trabajo, pues aprovecho ese tiempo de vuelo para hacer mi meditación, porque se que eso es lo que me mantiene sana”. Recomendable seguir este ejemplo en nuestro diario trajinar.
En un artículo de C. Castell en www.sciencedirect.com encontramos que el Servicio Nacional de Salud Escocés ha cuantificado el impacto en la salud de la actividad física mínima recomendada, y señala que una caminata vigorosa de 30 minutos en un entorno natural, 5 días a la semana, puede reducir el riesgo de ataque cardiaco y de accidente vascular cerebral un 20-30%, el de diabetes un 30-40%, el de fracturas de cadera un 36-68%, el de cáncer de intestino un 30%, el de cáncer de mama un 20%, y el de depresión y demencia un 30%.
Además de la salud física, la naturaleza tiene un impacto positivo sobre la salud mental y el bienestar emocional, lo cual es importante porque en la actualidad uno de cada cuatro adultos experimenta problemas de salud mental a lo largo de su vida. La exposición directa y regular a la naturaleza puede contribuir a una mejora de los patrones de sueño, a la reducción del estrés y al progreso en el estado de ánimo y la autoestima.
De las diversas iniciativas, la que ha tenido mayores impacto y continuidad en estos últimos tiempos ha sido el programa Healthy Parks, Healthy People, nacido por iniciativa de Parks Victoria, en Australia (www.hphpcentral.com). Este programa se basa en el reconocimiento del impacto positivo de los parques en la salud. El objetivo de la gestión de los parques naturales, y de las áreas protegidas en general, es garantizar la conservación de estos espacios y, en consecuencia, el mantenimiento de una biodiversidad y de unos procesos ecológicos de los que depende nuestro bienestar. Para ello, se necesitan ecosistemas sanos que mantengan sus funciones de soporte a largo plazo, imprescindibles para nuestra vida.
Una de las innovaciones más notables del programa fue la puesta en marcha de la prescripción social, que se desarrolló en el estado de Victoria. Los profesionales de la salud (medicina, enfermería y otros) incorporan, de forma complementaria a los tratamientos habituales, la prescripción de actividad física en contacto con la naturaleza, adecuada en forma e intensidad a cada necesidad. Numerosas investigaciones han demostrado que la denominada «receta verde» puede proporcionar beneficios fisiológicos y psicológicos a los pacientes.
Los estudios llevados a cabo en Nueva Zelanda muestran que los médicos están dispuestos a incorporar la «receta verde», que la práctica totalidad de los pacientes se sienten muy satisfechos con este servicio y que tiene un impacto notable y duradero sobre los hábitos de vida de las personas.
En síntesis, el contacto con la naturaleza ofrece numerosas oportunidades para promocionar la salud y prevenir la enfermedad, además de tener impacto terapéutico y rehabilitador.
Ha sido una enriquecedora experiencia entrevistar a la Doctora Mireya Wessolossky, estoy segura que la tendremos de nuevo muy pronto en otro programa de Planeta Vital, porque compartimos a profundidad lo propuesto por la Ecología Psicosocial.
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