Olivares Providenciales
Apadrina un Olivo, la original iniciativa de los vecinos de Oliete en la provincia de Teruel, ha permitido salvar una porción considerable de sus olivares milenarios y, de paso, revertir el éxodo migratorio del pueblecito, amenazado de desaparición como otros muchos en la Península Ibérica.
En poco menos de cuatro décadas –informa El País madrileño- se habían marchado casi dos terceras partes de la población y cuando los contados supervivientes se vieron incapacitados para atender los más de cien mil árboles que antaño hicieron la riqueza del lugar, un grupo de jóvenes decidió aprovechar la internet para ofrecer su apadrinamiento por la suma de cincuenta euros anuales por cada ejemplar.
Una bella iniciativa que entusiasmó desde el comienzo a los habitantes, encabezados por el centenario don Miguel, tío de Alberto Alfonso, presidente de la asociación; y con notable éxito, porque en menos de seis años han captado cinco mil candidatos del mundo entero que permitieron salvar más de 8.200 árboles y devolvieron vida al lugar con la llegada de nuevas familias, cuyos niños obligaron a reabrir la escuela, clausurada por la ausencia de clientela.
La cuota es sólo una de las fuentes de ingreso para Oliete, porque cada año suelen los padrinos arribar desde lugares tan remotos como Singapur, Chile o Líbano para conocer el árbol tutelado -gracias al archivo fotográfico que mantiene la asociación, con un código siempre actualizado, disponible en la red- y recibir, a guisa de recompensa simbólica, dos botellas del exquisito aceite producido en la almazara local.
La asociación patrocina, además, Correos Market, una plataforma electrónica que permite a los emprendedores locales comercializar, en todo el país, productos que van desde aceite hasta cosméticos, elaborados conforme a estrictas normas ecológicas y se propone extender su experiencia de economía circular a otras comunidades de la región.
Por ejemplo, con los campesinos del vecino Alacón, también en Teruel, con cuyas verduras producirán muy pronto conservas de alcachofas, puerros y pimientos.
¡Para que la gente no escape, el maestro siga arañando su pizarrón y la vida reverdezca, al cobijo económico y espiritual de los olivos milenarios!.
Varsovia marzo 2020
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