Las abejitas «Fiallo»
Por alimentarse de las lágrimas de su cliente, merecerían llamarse así cuatro insectos minúsculos extraídos del ojo de una joven de Taiwan; igual que Delia, la autora cubana, hoy casi centenaria y más que millonaria con sus culebrones que hicieron llorar varias generaciones de televidentes del mundo entero.
La señorita He se ocupaba en limpiar el panteón familiar en el cementerio cuando, arrastrado por una ráfaga de viento entró en su ojo izquierdo lo que pensó que era una simple basura pero resultó mucho más peligroso, si bien, gracias a que llevaba lentes de contacto evitó frotarse los ojos, impidiendo que los insectos replicaran con su veneno.
«Podría haberse quedado ciega», señaló el doctor Hong Chi Ting al recibirla en el hospital universitario de Fooyin, cerca de Taiwan y verificar que era incapaz de cerrar los ojos por completo, porque había algo negruzco que, al observarlo bajo el microscopio, resultó ser la pata de un insecto.
El científico la extrajo muy lentamente y prosiguió su labor hasta cosechar cuatro bestias de cuatro milímetros, no sólo intactas sino vivas y aleteando, algo que veía por primera vez en su ejercicio profesional; una especie de halíctidos que se conoce como «abejas del sudor» porque son atraídas por la transpiración de la que se alimentan.
La paciente ha sido dada de alta, los médicos confían en su total recuperación y las abejas han sido enviadas a un centro de investigación para completar un minucioso estudio de la singular experiencia.
Varsovia julio 2019
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