El cerebro, un defecto humano
Le Bug Humain, es el título reciente de Sebastién Bohler, ingeniero egresado de la Escuela Politécnica y neurobiólogo molecular francés, donde equipara nuestro cerebro, motor del avance monumental del género humano pero también, paradójicamente, de todos nuestros males, a un bug: error o fallo de un sistema de computación que produce un resultado indeseado.
Un arma secreta que en el curso de la historia fue el aliado más fiel pero amenaza ahora con causar nuestra perdición, por un defecto básico de fabricación que impide saciarse a las neuronas de las que depende nuestra supervivencia en su búsqueda de alimento, sexo y poder.
Responsable del hombre promedio actual, obeso, sedentario, crecientemente perezoso, apoltronado, embebido en juegos de video, pornografía virtual y toneladas de información en las pantallas que cada diez minutos verifica si la imagen que trasmite al mundo entero por las redes sociales es todo lo ventajosa que quisiera.
El autor reconoce, desde luego, que también nos mueven impulsos de amor, generosidad, creatividad y solidaridad, pero las cinco motivaciones de comida, sexo, mínimo esfuerzo, estatus social e información-distracción, están modeladas por el striatum, apenas cuarenta centímetros cúbicos de materia nerviosa en la conexión del tronco y el cortex prefrontal, que por primera vez en la historia pueden satisfacerse gracias a la nueva tecnología sin que el cerebro se sienta contento y realizado.
La naturaleza nos ha dotado de ese órgano superpotente que sin embargo no escapa al dominio del striatum, cuyos objetivos “trágicamente simples y limitados” son siempre los mismos. De un niño que, por desgracia, está ahora armado hasta los dientes, así que es preciso reprimir su actividad con esfuerzos conscientes de nuestra voluntad y razón, alojadas en el cortex prefrontal.
Cómo ponerle el cascabel al gato es el planteamiento fundamental de Bohler, periodista, conferencista, escritor y redactor en jefe de la revista Cerveau et Psycho, sin lo cual estamos irremediablemente condenados a perecer.
Cómo tener éxito en la lucha contra un sistema neuronal forjado en centenas de millones de años de supervivencia, dolor y placer, contra el cual fracasaron filósofos como Sócrates y Descartes y las religiones y corrientes espirituales que proponían continencia y penitencia.
Para Bohler, elevar nuestro grado de conciencia al nivel de la inteligencia es el reto capital urgente de nuestro futuro, para una sociedad que trabajando menos dedique su mayor tiempo ocioso a desarrollar las capacidades mentales para vivir de manera más lúcida, disminuyendo estímulos sensoriales como, por ejemplo, los video-juegos cada vez más perfeccionados y realistas.
Un combate desigual, admite con pesimismo, porque los recursos virtuales apoyados por la inteligencia artificial parecen ilimitados y evolucionamos hacia mundos ficticios donde será difícil distinguir la realidad y cuya realización a escala industrial sólo sería factible a expensas de recursos naturales cada vez más cuantiosos, dejándonos aislados en espacios virtuales en medio de un ambiente devastado.
Varsovia octubre de 2023
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