Bicicletas venezolanas en Portugal
A Kusa y José Luis
Hace dos años, Roberto Medeiros un muchacho de 23 años, comprendió que había ingerido ya suficientes gases lacrimógenos en las protestas estudiantiles contra la dictadura madurista y decidió regresar a la casa familiar en las Azores, de donde sus abuelos emigraron a Venezuela en la postguerra, portando consigo un negocio que transformará, sin dudas, el paisaje de la hermosa isla portuguesa.
El matutino lisboeta O Publico refiere que la primera impresión del joven en Punta Delgada, capital de la isla San Miguel, fue la dependencia maniática del automóvil, como en la Venezuela petrolera que dejaba atrás, y, recordando la experiencia de sus viajes a Europa y los Estados Unidos, fundó Atlantic Bikes, una empresa, la primera, de alquiler de bicicletas, con veinte unidades monitoreadas con la tecnología más actual.
Convencido de que el transporte automotor sólo acarrea inconvenientes al ambiente y a la salud física y mental, Medeiros se propuso modificar las costumbres de sus nuevos paisanos, apoyado en la sostenibilidad y la calidad de vida, pero primero atravesó una fase de descompresión, como el buzo que emerge de manera precipitada, aprovechando la normalidad local y las posibilidades de surfear, kayakear y caminar intensamente por las montañas.
Roberto está convencido de que la ciudad del futuro, donde todos disfrutarán de una vida más saludable y más activa y con más dinero en los bolsillos, estará libre de automóviles, gracias a las bicicletas. Y, desde luego, con el lógico beneficio para el ambiente, sobre todo en una región como las Azores de sus ancestros, que depende en medida importante de la naturaleza, donde ahora disfruta de la paz recuperada.
Varsovia, noviembre 2019.
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