AMA A LOS ANIMALES COMO A TI MISMO

Por Gabriel Rumor

Precisamente, porque un informe del World Wildlife Fund revela que desde 1970 la humanidad ha borrado del mapa más del 60% de los mamíferos, aves, peces y reptiles, cobra mayor fuerza el llamado de Boris Cyrulnik a dedicar amor y más amor a la población animal de la cual depende, en buen grado, la supervivencia de nuestra civilización.

Boris Cyrulnik

Boris Cyrulnik

En una conferencia en París patrocinada por el diario Le Monde, el famoso psiquiatra y etólogo planteó que la constatación científica de la existencia de un mundo mental en el reino animal los hace acreedores a un deber moral.

Ya en los remotos años 50 del siglo pasado, explicó el intelectual, los primatólogos Harry y Margaret Harlow demostraron que los animales eran seres sensibles que, forzados al aislamiento, desarrollaban actitudes egoístas e incluso de auto-agresión en el caso de situaciones emotivas.

El experimento de Harlow y la privación materna: sustituyendo a la madre

El experimento de Harlow y la privación materna: sustituyendo a la madre

Fueron revelaciones que chocaron entonces con el entorno cultural cristiano-cartesiano, que optó por silenciarlas, hasta que los neurocientíficos demostraron en los últimos quince años que los mamíferos y hasta las aves poseen una conciencia, comparten idénticas zonas emotivas y de memoria con los humanos, y conocen el placer y el sufrimiento.

Ese mundo mental difiere desde luego del nuestro, pero los animales son capaces de servirse de informaciones presentes o pasadas para resolver o anticipar un problema; de fabricar herramientas, utilizar piedras para partir frutos y observar ritos culinarios, vale decir que ya no se sostiene la visión cartesiana del animal como una simple máquina.

Respeto a nuestros hermanos

Respeto a nuestros hermanos

Entre ellos, precisa, no puede hablarse de amor sino de apego, porque las manifestaciones de orientación sexual obedecen a olores, percepciones visuales o gritos y no alcanzan, como en los seres humanos, un sentimiento intenso de plenitud.

Según Cyrulnik, los animales nos enseñan mucho sobe el funcionamiento de nuestro cerebro, tallado por el habitat, y los experimentos de los esposos Harlow mostraron a qué punto los bebés, no importa cuán sanos sean biológicamente, no tendrían chance alguno de desarrollarse en soledad absoluta, sin la presencia de alguien que les de seguridad y tranquilidad.

Todos merecemos respeto

Todos merecemos respeto

Las alteraciones de comportamiento biológicas y neurológicas generadas por la soledad, explicó Cyrulnik, son idénticas entre los jóvenes mamíferos superiores y nuestros niños y así como un animal joven aislado no aprende los ritos del juego, un niño sin compañía no aprende ni a jugar ni hablar ni todo cuanto caracteriza nuestra condición humana.

Y, en consecuencia, Cyrulnik y otras personalidades han exigido en Francia la creación de una Secretaría de Estado para la Condición Animal, porque la atención creciente contra los maltratos revela una sociedad cada día más moral que no puede permitirse martirizar un ser viviente y eso genera el deber de respetar el mundo viviente, ecológico y animal, porque destruyéndolo nos destruimos a nosotros mismos.

Varsovia, enero 2019.