China: Revolución…gastronómica
Sepultada en el polvo la prédica incendiaria del Gran Timonel y su secuela de tragedias personales, China no desperdicia un solo día en su reinserción en la comunidad internacional, apoyada en una clase media cada vez más numerosa, cultivada e influyente.
Olvidado el control de natalidad, culpable de un severo desbalance demográfico, acallada la cruzada contra la decadente cultura occidental y apagadas las hogueras que consumieron los discos de los Beatles y las cantatas de Bach, el coloso oriental va instalándose en la mediocridad pequeñoburguesa, manteniendo sin embargo la fachada ideológica de un partido comunista hegemónico al que cada día ingresan nuevos billonarios.
Uno de los recursos es la vuelta a las tradiciones culinarias del pasado imperial, desempolvando las recetas exquisitas de Jia Sixie, famoso agrónomo de la antigüedad, inmortalizadas por poetas de sucesivas dinastías y reactualizadas ahora en una de las numerosas emisiones televisivas que responden al creciente interés por la cocina, que junto al cuido de mascotas, la jardinería, la moda y la posibilidad de viajar son el clásico marcador de status en cualquier grupo social.
Un sabor de historia se titula el show donde el veterano presentador Ren Luyu viaja por las nueve provincias y las dos regiones autónomas del país, inspirado en el proverbio – ¡chino naturalmente!- de que “para la gente, la comida es el paraíso”. En busca de sus chefs más afamados y platos típicos como el Jinji Yukua, filetes de lubina envueltos en una salsa cuyos ingredientes incluyen nueces y naranjas; una deslumbrante combinación de granadas y pepinos de mar, o el método de preparar los populares bollos rellenos al vapor –baozi– que datan de hace un milenio.
Apoyado en referencias arqueológicas, según refiere el diario China Daily, el objetivo es conectar al público moderno con momentos importantes de la historia nacional e inducirle a mirar con otros ojos, por ejemplo, a esa lubina, que ahora es un pescado ordinario en todas las mesas pero en algún momento fue el manjar predilecto de un legendario poeta, o los otrora solicitados bollos, tan populares hasta más allá de las fronteras.
En suma, al desempolvar las recetas de libros antiguos e inspirarse en artefactos que alguna vez campearon en los fogones, los productores de la emisión se han engarzado en un diálogo con los ancestros, intentando introducir la cultura tradicional en la vida de un público moderno y clasemediero, más sofisticado, mejor conocedor del mundo que explora con una tarjeta bien provista y, sobre todo, alérgico a cualquier ideología.
Varsovia, noviembre de 2023.
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