El árbol que cambia de sexo
El tejo de Fortingall, el árbol más longevo de Gran Bretaña, está cambiando de sexo, informa el INDEPENDENT londinense.
Después de cinco mil años, se le ha detectado en la localidad de Pertshire, la maduración de tres bayas rojas, generalmente una característica femenina, en lugar del polen que suelen producir los árboles de género masculino.
Max Coleman, del Jardín Botánico Real de Edinburgh, quedó sorprendido al comprobar el hallazgo en lo que, por lo restante, es evidentemente varón, aunque explica que es un tipo de fenómeno que los tejos comparten, por lo general en su corona, con otras variedades de coníferas.
Los tres especímenes han sido recolectados para incluirse en un proyecto de conservación de la diversidad genética de los tejos en Europa, los montes Cáucaso, Asia Occidental y el norte de Africa, donde suelen crecer.
Curiosamente, como reportó Planeta Vital a fines de 2014, tan venerable coloso fue ignorado por los expertos del Woodland Trust y otras organizaciones similares en el Reino Unido cuando sometieron a votación popular la escogencia del Arbol del Año.
Se prefirió, en cambio, el tejo de Ankerwycke, en Windsor, bajo el cual, presuntamente, el rey Juan sin Tierra suscribió la Carta Magna en 1215; el Flower of Kent, un manzano en Linconshire que, también según la leyenda, inspiró a sir Isaac Newton la teoría de la gravedad, y un roble de ocho siglos que habría cobijado a los bandoleros de Robin Hood.
Quizás ahora, este traspiés, equivalente a una travesura otoñal, aumentará su popularidad entre los súbditos británicos al momento de una nueva evaluación.
Varsovia, noviembre 2015.
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