Por: Gabriel Rumor
Última actualización el 22 mayo, 2025

“En todas las naciones
se enterró su bandera
vencedora
y pronto allí,
en el frío o en la costa
quemada,
apareció
tu flor
anónima
enunciando la espesa
y suave
natalidad de tus raíces.

Así evocó Neruda en una de sus odas naturalistas, por primera poética vez, el papel providencial jugado en el devenir de la humanidad por esta solanum tuberosa que parece haber topado ahora con una barrera genética de nefastas consecuencias.

Porque la humilde papa, patata, potato, pomme de terre o kartofel – huésped habitual en la mesa de uno de cada ocho millardos de habitantes del planeta- registra la caída de su potencial nutritivo y es urgente el éxito de la vasta empresa científica internacional en curso para reconstituir el perfil genómico y asegurar su liderazgo en el podium de los cereales.

Sólo algunas del millar de variedades peruanas

Hace algún tiempo, PLANETA VITAL visitó en Perú el Parque Internacional de la Papa, una organización de cuatro comunidades ubicadas en las tierras altas del Valle Sagrado de Cusco, donde agrónomos locales actualizan prácticas ancestrales y seleccionan entre 1367 variedades (por ejemplo, la resistente  “abuela” silvestre que se expande en las alturas gracias a las deyecciones animales) aquellas con suficiente vigor para resistir el cambio climático e incluso trasplantarse a fin de alimentar futuras colonias espaciales.

Los resultados son archivados en un banco de semillas donde cada ejemplar se conserva en bolsas minuciosamente codificadas a una temperatura que previene su germinación, y en ocasiones son transferidas a otros países, como sucedió con 650 muestras que yacen ahora congeladas en el depósito internacional de la isla noruega de Svalbard.

Es un interés para nada académico si recordamos que, según la FAO, durante el pasado siglo perdimos dos terceras partes de la diversidad vegetal y que hasta un 22% de la existente ya no existirá a mediados de éste, debido al cambio climático, y por eso cobra igual importancia el liderazgo del Perú que la empresa de determinación del Pangenoma Europeo reseñada por la revista NATURE.

Millón y medio de irlandeses huyeron de la hambruna.

Porque ocurre que su estructura cromosómica extremadamente  compleja ha sido obstáculo para la mejoría genética, desde que llegó a Europa en el siglo 16, a resultas de los tropiezos de las especies autóctonas andinas en su adaptación al Viejo Continente, que un nutrido equipo multinacional de botánicos intenta ahora superar.

Los incas pudieron domesticar muchas especies diferentes en el lapso de cien siglos, pero sólo unas pocas pudieron soportar en Europa el cambio de estaciones y la duración más breve de los días y devenir pieza fundamental de la dieta cotidiana, Hasta que, hacia 1850, el ataque de un hongo provocó mortíferas hambrunas, sobre todo en Irlanda, e impulsó aceleradas campañas para crear variedades más resistentes, mayormente por el cruce de especies europeas.

El costo fueron cuellos-de-botella genéticos que se manifestaron después con agudeza y se intenta ahora superar con el ensamblaje de un Pangenoma basado en una decena de cultivos con el 85% de las especies continentales que servirían a continuación para construir bloques modernos con capacidad reforzada.

Con merecido respeto a su Santidad León XIV

Se trata de un trabajo lento y tedioso, con ribetes detectivescos, por ejemplo entre las 9.500 muestras almacenadas en la Universidad neerlandesa de Wagenigen o el centro especializado de la Universidad Leibniz, alemana, para seleccionar y secuenciar un puñado de las variedades más idóneas, doblegando su resistencia a la hibridación.

La decisión adoptada en fecha reciente por la Unión Europea de emplear la ingeniería genética debería contribuir con tales esfuerzos y abrir el camino a una amplia exploración de vastas reservas como los más de 1.600 cultivos que hoy aguardan para accesar a sus mercados, a la vuelta de unos pocos años.

Culminaría así, con un auxilio espiritual inesperado, la aventura científica de indudable trascendencia experimentada por esa universal delicia, oscura como nuestra piel, profunda y suave, de pulpa pura, purísima; esa rosa blanca enterrada, materia dulce, almendra de la tierra, compacta como un queso que la tierra elabora en sus ubres nutricias, para ratificar, según proclamó el Nobel chileno, su condición de enemiga del hambre y tesoro interminable de los pueblos.

Varsovia, mayo de 2025.

 

 

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Por: Gabriel Rumor

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