El prestigio de los Premios del Foro Museístico Europeo quedó ratificado este año por la competencia de hasta 42 instituciones del Viejo Continente en la ceremonia escenificada en el Museo Memorial Sybir de la ciudad polaca de Bialystok, que el Consejo Europeo había reconocido en la edición anterior.
Un lugar muy adecuado, depositario de tristes recuerdos, porque allí funcionaba la estación ferroviaria provincial que pasó a manos soviéticas cuando Hitler y Stalin se repartieron Polonia en septiembre de 1939 y fue incorporada después a la república satélite de Bielorrusia, hasta su retorno a la soberanía nacional.
Sus imágenes y testimonios de las deportaciones a Siberia, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, son hitos de una historia no tan remota, evocadores de los peligros que la terca geografía planteará siempre a la paz.
Son galardones que evalúan desde 1977 un vastísimo universo, para reconocer aquellos centros que contribuyen más efectivamente a la comprensión del mundo e incorporan las nuevas tecnologías de manera más eficaz e innovadora, apoyados en valores democráticos, de derechos humanos y diálogo inter-cultural, el compromiso con la sostenibilidad, la inclusión y la participación comunitaria.
Y ahora premiaron el esfuerzo de renovación del Museo de Manchester, para facilitar su accesibilidad y crear espacios que redefinen y actualizan sus ricas colecciones y sus programas públicos más allá de la mera investigación académica, incorporando múltiples perspectivas novedosas de comunidades locales y de la diáspora.
Otro importante trofeo –del Consejo Europeo- recayó en la Casa de la Lengua Vasca – Euskararen Etxea– con sede en Bilbao, que ofrece en cuatro idiomas un panorama de la resiliencia de la lengua y la identidad locales en el marco de una relación más amplia con otras culturas continentales.
El Premio Kenneth Hudson al Valor Institucional y la Integridad Profesional, fue para la profesora Nini Sanadiradze, ex directora de la Unión de Museos de Tbilisi, Georgia, de perfil angelical pero férrea actitud en defensa de los principios democráticos en medio de las tensiones geopolíticas existentes en esa región del Cáucaso.
El Premio Meyvaert a la Sostenibilidad Ambiental fue para el MUZOO de Chaux-de-Fonds, Suiza, que enfoca la biodiversidad mediante el contacto directo con animales del parque municipal y el jardín zoológico local.
El Premio Portimao a la Acogida, Inclusión y Pertenencia que, naturalmente, valora la atmósfera y el medio físico de los museos, sus exhibiciones y programas públicos fue para el Museo de Arte Moderno de Estambul, Turquía, diseñado por el famoso Renzo Piano.
Y el Premio Silletto a la Participación Comunitaria y el Compromiso fue para el Centro Interpretativo Alvor de Salvavidas, en Portimao, Portugal, por su activo apoyo a las prácticas pesqueras artesanales tradicionales y la preservación de oficios en peligro.
Finalmente, fueron concedidas menciones a la Fundación Museo Ovartaci de Aarhus, Dinamarca; el Museo Korsak de Arte Moderno de Lutsk, Ucrania; el Museo Isbank de Pintura y Escultura de Estambul, Turquía; la Casa de la Música Húngara de Budapest; el Museo Vienés en la capital austriaca; el Museo Maria Callas en Atenas, Grecia, y el Arnhem Museum de los Países Bajos.
La venidera edición tendrá por escenario la Casa vasca bilbaína premiada este año, en cooperación con el Consejo Provincial de Bizkaia.
Varsovia, junio de 2025.