Una voz para los océanos.
Que debe concederse a los océanos un sitio en las Naciones Unidas, para tratar problemas como la piratería, la pesca incontrolada y la explotación de hidrocarburos en aguas internacionales es el planteamiento formulado por el almirante Sir James Burnell-Nugent, ex Comandante-en-Jefe de la Real Marina Británica y ahora colaborador del proyecto estadounidense Oceans Beyond Piracy.
El Independent londinense adelanta que según el informe anual de esta iniciativa que intenta combatir el flagelo para el comercio y el tránsito de pasajeros a escala global, la piratería en el Sudeste Asiático alcanzó en 2014 el máximo nivel del siglo, con más de 3.600 embarcaciones afectadas, y que, si bien el fenómeno ha descendido dramáticamente en las costas de Somalía, las pérdidas totales derivadas de ataques en el Océano Indico occidental y el Golfo de Guinea rondaron los 3.3 millardos de dólares.
El alto oficial, que actuó alguna vez como Segundo Lord del Almirantazgo, critica la paradójica situación de que tales hechos criminales que proliferan en el horizonte induzcan, aparentemente, a la ceguera del sector político ante la magnitud del problema, por lo que la tarea más urgente es atraer la atención de los líderes del planeta.
Para la Gran Bretaña, que recibe por vía marítima el 95% de sus necesidades, es obvia la urgencia de que los gobiernos, los políticos y las organizaciones internacionales metan el hombro para buscar una solución y a eso contribuiría, sin duda, el otorgamiento a los océanos de un sitio en las Naciones Unidas.
Sudeste Asiático.
La tierra, advierte el almirante, está bien representada aunque ocupa apenas la cuarta parte del planeta, pero no así el 75% restante, cubierta por las aguas, a pesar de que hay temas cruciales como los stocks pesqueros que desaparecen en los enormes buques-factorías que extraen millones de toneladas de peces migratorios, la minería en las profundidades y la búsqueda de hidrocarburos, a los que irán sumándose muchos más según se incrementa la presión para explotar los recursos de las aguas internacionales.
Según el oficial, un funcionario diplomático experimentado, con el apoyo de un equipo de expertos, podría actuar en la ONU e incluso asistir a las reuniones del Consejo de Seguridad cuando se debatiesen temas de su competencia, porque es importante que las aguas internacionales lo sigan siendo, sin caer bajo ninguna hegemonía; sea de estados, de los grupos terroristas o de las bandas criminales.
Varsovia Junio 2015.
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