Una fiesta de aromas vitales con @lavalero
Por Marisela Valero @lavalero
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¿Podemos oler flores online?
Te invito a esta fiesta de aromas vitales.
En este micro podcast de Planeta Vital, te animo a experimentar y percibir sensaciones usando la imaginación, mientras hago un recorrido durante el Festival de Lilas en el Arnold Arboretum, ubicado en Jamaica Plain, Boston, Massachusetts.
Cada año, al acercarse el Día de las Madres, el segundo domingo de mayo, se van haciendo los preparativos para el Festival de Lilas, una ocasión en la que cientos de personas acuden para disfrutar de esta explosión luminosa de flores y aromas en todo este maravilloso espacio natural.
Es un gran evento familiar, el único en el que se pueden realizar picnics en estas instalaciones.
¿Te has preguntado cómo puedes oler algo cuando ves una imagen?
Se llama hiperfantasia olfativa o hiperfantasia gustativa. Si una persona con esta capacidad mira una imagen que le sugiere fuertemente un olor o sabor, podría tener la sensación de que puede olerla o saborearla, o incluso olerla o saborearla físicamente como si estuviera allí frente a ella.
Yo pienso que todos podemos desarrollar y entrenar esa capacidad, para aprovechar aún más los baños de naturaleza virtual, en especial cuando nos resulta imposible estar cerca de un ambiente natural.
Por cierto, no se trata de experimentar una «fantosomía», que es una alucinación olfativa (fantosmia) y te hace detectar olores que no están realmente presentes en tu entorno. Esto es una patología y debe ser tratada de inmediato por profesionales de la salud.
En un artículo de la revista Vogue, escrito por Carmen Lanchares, nos dice: No hueles con la nariz, hueles con el cerebro. El sentido del olfato es el más desconocido y probablemente el menos valorado de todos… hasta que la pandemia nos ha hecho darnos cuenta de su importancia y su significado en nuestras vidas. Hasta un 88% de las personas que han sufrido el coronavirus han padecido anosmia y un aunque muchos lo han recuperado espontáneamente, en torno a un 20% no lo han conseguido, o no del todo. El sentido del olfato es el más primitivo, involuntario e irracional de los sentidos.
Cuando nacemos, todo es química: un bebé solo se maneja a través de oler y chupar todo lo que tiene a mano. El sistema olfativo es un sistema totalmente químico que nos hace evocar recuerdos. Incluso a nivel de intervención social, el olfato es muy importante. Muestra de ello es que tenemos una gran cantidad de genes, casi 400 genes, entre el 3% y el 5% de todo el genoma humano, que se dedican al olfato.
Olfato y emociones.
La conexión olfato-cerebro es muy primitiva. Evolutivamente todo era olfativo, el cerebro también. Cuando la molécula odorante llega al epitelio olfativo (en la parte superior de la nariz) la reciben unas neuronas, las únicas que están fuera del cerebro y las responsables de transformar esa información química (las moléculas) en información eléctrica que llega directamente al cerebro para su procesamiento. Es el único sentido que está en contacto directo con lo que llamamos cerebro emocional y además no tiene ningún filtro –por eso, es también el más irracional de todos–, mientras que en el caso de la vista o el oido, la información, visual o auditiva, pasa por una especie de filtro dentro del cerebro para llegar, después, a su destino.
¿Se pueden definir los olores?
El olfato tiene un lenguaje muy limitado. Siempre dices “huele como a”. Pero también tenemos un problema: no hay un aprendizaje olfativo. De pequeños a todos nos enseñan los colores, las palabras… pero nunca te dicen huele algo. Es muy difícil verbalizar los olores y el problema está en que no hay palabras para definirlos muchas veces. Sin embargo, hay algunas tribus muy antiguas que disponen de muchas más palabras para definir los olores. Por ejemplo solemos decir «huele a tierra mojada», el olor a lluvia», siempre lo relacionamos con un recuerdo o un objeto familiar.
Todo huele
Hasta el agua. En general, todo tiene moléculas químicas lo que pasa es que algunas de ellas tienen un olor que los humanos no somos capaces de detectar, mientras que otros animales, con más receptores, sí pueden oler. Dicen que los elefantes son los que tienen más receptores olfativos pero, por ejemplo, una mariposa o una polilla puede llegar a oler a un kilómetro de distancia. Además, oler o no oler algo depende también de la concentración. Es el caso del gas, para poder detectarlo hay que ponerle una molécula que a una milésima de concentración la hueles mucho. Más curioso es el caso de determinadas moléculas que según su concentración pueden oler bien o mal. Un ejemplo es el indol –muy utilizado en los perfumes– que a muy baja concentración huele a rosa y a alta concentración a pescado podrido.
El olfato se puede entrenar (y recuperar).
Y eso requiere memoria. Los enólogos o los perfumistas se han entrenado muchísimo para poder llegar a memorizar un olor y verbalizarlo. Por eso, cuando tomas un vino o hueles un perfume te resulta difícil sacar directamente los olores; pero si, por ejemplo, te guían y te dicen que el perfume lleva jazmín, entonces es probable que digas ‘¡Ah, sí, es verdad!’. El entrenamiento o la reeducación olfatoria también permite a los afectados por la anosmia poder recuperar (no siempre) el sentido del olfato.
El gusto entra por la nariz,
El 80% del sabor es olfato, y solo el 20% se debe a las papilas gustativas. Estas ayudan a distinguir si es dulce, salado, amargo o si tiene un sabor a umami… pero los matices están en el olfato.
En el podcast comparto imágenes de muchas lilas de enorme belleza y te invito a que imagines y percibas el olor, como una manera de disfrutar juntos este recorrido por el hermoso Arboretum.
Fuente del artículo: https://www.vogue.es/belleza/articulos/sentido-olfato-cerebro-emocional-anosmia
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