Una colosal granja urbana
Una granja urbana de 14 mil metros cuadrados, la más grande de Europa, con treinta variedades de plantas, abrirá sus puertas en París el próximo año, al cuidado de una veintena de jardineros, con los métodos biológicos más avanzados.
Será un oasis de verdor –informa LE MONDE– anidado en los techos del Parque de Exposiciones de la Puerta de Versalles, capaz de producir cada día una tonelada de frutas y legumbres y servir de modelo al mundo, según Pascal Hardy, fundador del proyecto, que ofrecerá piezas de calidad cultivadas al ritmo de los ciclos de la naturaleza en un restaurant y un bar, dirigidos por una célebre cadena, con capacidad para 300 comensales que, mientras tanto, disfrutarán de una vista panorámica de la capital francesa.
Y no sólo a ellos, porque los productos, libres de pesticidas y químicos, estarán disponibles en hoteles, cantinas y negocios del sud-oeste parisino, cuyos habitantes verán así reducida la distancia y el tiempo que ahora emplean en sus compras, abierta a visitas pedagógicas y accesible a a los vecinos, con pequeñas parcelas en depósitos de madera contruidos a tal efecto.
Y lo más importante, en estos tiempos de folklóricos gallineros y otras iniciativas populistas, es que no se trata de una empresa filantrópica sino gerenciada de manera rigurosa con vistas a la autosuficiencia ambiental y económica que comenzará a generar beneficios desde su mismo primer año ; un auténtico reto dado que la agricultura urbana es rentable en muy contadas ocasiones,
No estamos ante una novedad, porque la experiencia ha prosperado ya en ciudades como Montreal, La Haya, Detroit o Shanghai, pero el sitio parisino sorprende porque, además de ser el más vasto de Europa, exhibe una estructura aeropónica vertical y proscribe los pesticidas, utilizando un sistema cerrado de agua que minimiza el riesgo de contaminación y, ofreciendo allí mismo sus productos, por lo que ha de tener un impacto de CO2 muy reducido.
La visión que anima a los promotores es la de una ciudad cuyos techos planos y superficies ociosas serán cultivadas, contribuyendo a la alimentación de sus vecinos, aunque estudios serios advierten que sólo el 3% de las necesidades podrían así satisfacerse, pero el proyecto que verá la luz en París esta primavera debería abrir el camino al Parisculteur, un proyecto más ambicioso de vegetalizar cien hectáreas a un costo de ocho millones de euros.
Varsovia octubre 2019
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