Un planeta peso pesado

MIRAMUNDO por Gabriel Rumor

MIRAMUNDO por Gabriel Rumor

¿Cuántos sobrarán ahora si hace ya diez años un estudio de la Universidad de Londres alertó de que el mundo cargaba un sobrepeso de 15 millones de toneladas, equivalentes a 242 millones de personas, convirtiendo la obesidad en una epidemia y, según la OMS, el quinto factor de mortalidad en el planeta?

Un exceso cuya responsabilidad no recaía por igual en todos los mortales, porque se necesitaba sólo una docena de norteamericanos para hacer la tonelada que exigía, en cambio, el concurso de 17 asiáticos, equivalentes a 500 millones de seres adicionales en términos de consumo de comestibles, y la solución que entonces se propuso fue la más lógica, un estilo de vida más activo y menos calórico y la erradicación de la pobreza.

Algo que, salta a la vista, no surtió el efecto anhelado, a juzgar por el remedio que ahora ofrecen los grandes consorcios farmacéuticos, a un mercado tentador cifrado en 150 millardos de dólares al horizonte de 2031, escamoteando las razones de una situación que rebasó lo sanitario para devenir a lo societal, al basar la solución en la mera ingesta de pastillas y menjunjes, sin atacar las causas de una verdadera pesadilla.

Aunque, mientras tanto, otro tipo de iniciativas se registren en todos los rincones del mundo.

Jóvenes con soprepeso en la provincia de Henan

Jóvenes con soprepeso en la provincia de Henan

En China, por ejemplo, donde la Comisión Nacional de Salud constató en 2020 que la mitad de los adultos – cuatro veces más que a comienzos de siglo- podían considerarse obesos y sugirió un programa de actividades físicas para frenar su particular incidencia en niños y adolescentes, que  choca sin embargo, con el ritmo de una sociedad que cambió comunismo por consumismo; o la opción de un grupo de mujeres de Yucatán, México, para contrarrestar el sobrepeso y la ingesta de azúcar, causantes de la diabetes que afecta a la mitad de los habitantes de esa provincia, con la práctica del softbol.

Amazonas de Izamal, Foto Antonio López Díaz.

Amazonas de Izamal, Foto Antonio López Díaz.

A batazos, literalmente, estas 16 mujeres mayas entre 15 y 65 años, vecinas de Chichén Itza, las Amazonas de Izamal que rivalizan con las Guerreras de Citilcum y juegan con sus huipiles ancestrales, se han quitado unos cuantos kilos bajo el control del centro sanitario local e insisten en la urgencia de un cambio dietético para reducir los 240 litros de refrescos que consume cada habitante en promedio anual para suplir la carencia de agua potable.

Lo que se propone, en cambio, según el ECONOMIST, son los GLP-1, una nueva gama de medicamentos que incluye el Semaglutide del laboratorio danés Novo Nordis y el Ozempic de su rival estadounidense Eli Lilly, en pugna por un  mercado muy gordo que podría rebasar los 4 millardos de terráqueos a la vuelta de diez años al precio de 4 billones de dólares para la economía mundial, es decir el 2.9% del PIB global, por concepto de asistencia médica y tiempo laboral perdido debido a  enfermedades y muertes prematuras.

La obesidad es un gran reto para la salud del planeta. Foto Pixabay

La obesidad es un gran reto para la salud del planeta. Foto Pixabay

Un problema que se agudiza porque los hábitos alimenticios de las décadas recientes ya modificaron  nuestro perfil genético; como si la grasa acumulada por el comer excesivo conspirase  ahora contra todos nuestros esfuerzos para eliminar los michelines abdominales….

Son, además,  fármacos  basados en la imitación de hormonas que reducen el apetito y estimulan la sensación de llenura, cuya eficacia está aún por demostrar, porque, según revela el semanario británico, experiencias en animales han mostrado un incremento en el cáncer tiroideo y una extraña variedad de pancreatitis y están por probarse sus efectos durante el embarazo.

Sin hablar del costo astronómico actual, aunque se reduciría al masificarse con los acuerdos entre las compañías y los servicios de salud gubernamentales y el vencimiento de patentes para estimular la competencia por un mercado harto lucrativo, porque el consumo no puede jamás interrumpirse a riesgo de ganar después más peso del que se logra rebajar con su aplicación.

Quizás, en definitiva, incluso en rebeldía contra la glotonería de las transnacionales, sería más sencillo cerrar el pico, como recomendaban antaño nuestras abuelas y cantar el !play ball!, que ahora entonan con alegría las deportistas yucatecas…

Varsovia, marzo de 2023.

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