SUIZA SE DESNUCLEARIZA
En un referendo que por la entidad del asunto merecería calificarse de histórico, los suizos han decidido por un amplio margen de 58.2% la retirada progresiva de la energía nuclear a favor de las energías renovables.
Es el visto bueno a la iniciativa del Parlamento federal, a raíz del accidente de la central de Fukushima, en 2011, para reemplazar en un plazo de quince años la mitad de la electricidad generada por las centrales atómicas.
Como una señal del acceso al siglo 21 energético fue calificada la votación por la diputada ecologista Adèle Thorens Goumaz, porque la revisión de la ley significa un cambio radical en el aprovisionamiento de Suiza, que importa el 75% de su energía y carga a cuestas una factura petrolera superior a los doce millardos de euros anuales.
Contra la propaganda de los populistas de la Unión Democrática del Centro sobre el costo excesivo que implicaría semejante paso, se demostró con cálculos bien fundamentados la urgencia de reducir la dependencia del país de las energías fósiles con una reforma que no exigiría más que 40 euros anuales para cada hogar de cuatro personas.
El paquete de medidas aprobadas, que entrarán en vigor de forma escalonada hasta el 2035, colocará a Suiza en el rango del Continente europeo donde la parte de las energías renovables en la electricidad, la calefacción y los transportes aumentó de 8.5 a 16 %.
Para ello, el Gobierno federal empleará estímulos fiscales, ampliará el aislamiento térmico de los edificios y promoverá las energías hidráulica, solar, eólica, geotérmica y la biomasa, mientras frena la contaminación de los vehículos nuevos, con el objetivo de reducir en 43% el consumo de los hogares y las empresas en relación al año 2000.
Se buscará, además, contrarrestar con subsidios transitorios el aumento del costo de la energía hidroeléctrica – que sin embargo es muy barata en Suiza porque las represas ya están amortizadas- por la caída vertiginosa de los precios de la electricidad en el mercado europeo y el auge de las fuentes renovables que plantean severa competencia en Alemania, Italia y Francia.
Estará por comprobar, en definitiva, si ha tenido razón la Presidenta de la Confederación y ministra de Energía, Doris Leuthard, de que una reducción en el consumo no traerá aparejada una baja en el nivel de vida que tan apreciado es de los industriosos ciudadanos helvéticos.
Varsovia, julio 2017.
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