Se solicitan curanderos

30 mayo, 2016

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por Gabriel Rumor

A mediados del pasado año, PLANETA VITAL se hizo eco de la exhortación que formuló NATURE, la prestigiosa publicación británica, a utilizar la medicina complementaria, a raíz de las reacciones negativas suscitadas por un hospital londinense que propuso brindar terapia de apoyo espiritual a los enfermos cancerosos.

La revista hallaba legítimas algunas denuncias contra lo que podría considerarse charlatanería,  de terapias que incorporan principios a-científicos como las auras y los campos de energía, estimulantes de un pensamiento mágico contrario a la fe en la medicina convencional, pero, en lugar de rechazarlas en bloque, sugería aprender de ellas y asimilar sus  ingredientes activos – el ritual, la imaginería mental, la empatía, el cuido y la esperanza- para incorporarlos al trato del enfermo.

Y esto, porque los doctores, abrumados con frecuencia por el exceso de trabajo, no pueden aportar el lado humano, que entonces quedaría a cargo de terapistas alternativos, bien encuadrados dentro del tratamiento convencional; en la onda de la “medicina integrativa” que ofrecen numerosas instituciones norteamericanas, como el Stanford Center for Integrative Medicine en California que suma la acupuntura contra los efectos de la quimioterapia.

Ahora es otra venerable revista británica, THE LANCET, la que reporta el peso creciente de las enfermedades mentales en China y la India, donde menos del 10 % de los ciudadanos  reciben efectivo tratamiento, y recomienda introducir cambios en los sistemas de salud para sumar la colaboración de los curanderos populares.

La situación dramática en esos dos países que reúnen, ellos solos, más de un tercio de la población mundial pero consagran menos de un 1% del presupuesto médico al cuidado psiquiátrico, se evidenció en una conferencia patrocinada en Washington por el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud, a pesar de que China inició en 2004 un programa que ha entrenado diez mil especialistas y construido centenares de centros comunitarios y también el gobierno hindú registra iniciativas en igual dirección.

Pero en el medio rural, la mayoría de las gentes considera como remoto el acceso a la atención, pocos chinos buscan ayuda para sus problemas cotidianos de ansiedad y depresión y, como indica un experto, el país en su conjunto no está preparado para la venidera epidemia de demencia que traerá consigo el vertiginoso envejecimiento de la población.

 ¿Por qué, entonces, no sumar el concurso de aliados potenciales como los yerbateros y guías espirituales a los médicos que en China reciben algunas nociones de artes curativas tradicionales como tratamientos herbáceos, acupuntura y qigong, y en la India de yoga y Ayurveda?

Es una colaboración que tiene sentido, además, por la popularidad de que gozan esos sanadores alternativos, a los que la gente solicita incluso cuando disponen de asistencia moderna y adecuada, si bien habría que superar lo que representa un shock cultural de curanderos que, como en Nigeria, aceptan los diagnósticos convencionales de depresión o ansiedad pero no de desórdenes de tipo esquizofrénico o bipolaridad que consideran de naturaleza espiritual.

Pero, en definitiva, THE LANCET señala que ambos países tienen ante sí una amenaza ,abrumadora causada por el envejecimiento y el crecimiento poblacional con su secuela de demencia, drogadicción y alcoholismo y que bien valdría la pena procurar la ayuda de esos curanderos a quienes muchos insisten en denunciar como insufribles charlatanes.

Varsovia, mayo 2016.