¡Salud, Lobo Ibérico!
Finalmente y con felicidad ha concluido el debate sobre la suerte del lobo ibérico, que España protagonizó con la vehemencia que los peninsulares suelen poner en todos sus asuntos; como si no tuviesen suficiente con los conflictos regionales, la ofensiva antimonárquica, la pandemia y la recesión económica asociada, la ola de emigrantes ilegales que no cesa y, para colmo, una sorpresiva Filomena polar que congeló a la nación durante dos semanas.
La decisión protectora que exigían los sectores ambientalistas de incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres resultó aprobada en la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad, aunque tendrá que superar el rechazo de comunidades como Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria, que alojan la casi totalidad de la especie, aduciendo una amenaza para sus rebaños que no es desdeñable si se considera la enorme cifra de reses devoradas cada año.
Se trata, en realidad, de extender al norte del país la prohibición de caza deportiva que la población nacional de lobos, estimada entre dos mil y 2.500 ejemplares, disfruta ya al sur del Duero; para beneplácito del ámbito académico que expresó públicamente su respaldo a la medida, para equilibrar los ecosistemas a base de criterios científicos, al margen de intereses económicos, políticos e incluso ideológicos.
También la WWF expresó su satisfacción, solicitando a las administraciones regionales un trabajo conjunto para desarrollar la estrategia que combine la conservación de la especie con la ganadería, reduciendo los daños y terminando con la inseguridad jurídica ahora vigente.
Una victoria, en definitiva, que honra al profesor Félix Rodríguez de la Fuente, indiscutible pionero ecológico, que hace medio siglo quebraba lanzas en sus inolvidables emisiones televisivas a favor de la especie que era calificada entonces de alimaña, merecedora de la persecución más implacable.
Lobo tiroteado. Foto La Voz de Galicia
Y pudiera significar, por qué no, a partir de la restringida escala hispana, la reversión de la lucha feroz que el Viejo Continente mantuvo con los lobos desde la noche de los tiempos, hasta reducirlos en remotos santuarios montañeses y hasta erradicar hace cuatro siglos de toda Inglaterra a ese anti-héroe y villano folclórico a quienes las gentes imaginaban capaz de merendarse a bondadosas abuelitas con sus afilados colmillos.
Varsovia, marzo 2021.
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