Reparar el daño
Desde USA nos llega esta colaboración de la periodista Edith Monge Silva.
Conocí a un profesor de filosofía que siempre remataba las discusiones diciendo: “El daño ya está hecho”. Así, con esa frase lapidaria sentenciaba el error a la perpetuidad. Algunas personas piensan que una vez producido el daño, cualquier intento por repararlo es superfluo. Nuestra propia cultura hace mucho énfasis en la necesidad de sufrir las consecuencias de las equivocaciones, de modo que todo desacierto debe además llevar el lastre del dolor y el llanto. Y eso es válido tanto en el plano personal como en el que se refiere al mundo que habitamos.
Prolongar y enaltecer las pérdidas es pues un estilo de vida. Una manera de justificar nuestra miseria moral o física, de validar las injusticias, un modo de indiferencia y facilismo. Ese daño ya hecho, puesto así en tercera persona, nos permite mirar para otro lado y dejar que las cosas sigan pasando a su ritmo: escasez de agua, erosión del suelo, mortandad de fauna marina, incendios forestales, deslaves, inundaciones y contaminación entre otras.
En nombre del desarrollo, entendido como progreso, nos hemos convertido en auténticos depredadores. En el idioma maya no existe la palabra desarrollo. Existe la palabra equilibrio, que se refiere tanto a la armonía interna como a la del entorno. Hombre y naturaleza en perfecta convivencia. No hay mérito alguno en el sufrimiento estéril. Y no lograremos nada desde la condición de heridos, agraviados o parias. Al igual que debemos reconsiderar la forma en que percibimos la naturaleza y el uso que le damos para seguir disfrutando de sus beneficios, necesitamos reconsiderar los valores que nos rigen para sanar y desarrollar todo nuestro potencial y por ende el del planeta que habitamos.
Mantener ese objetivo debería ser nuestra máxima prioridad. Los desiertos ocupan una cuarta parte de la superficie de la tierra. El desarrollo tecnológico y económico nos ha conducido al calentamiento global, al desequilibrio de nuestro hábitat. El daño ya está hecho sí, pero siempre existe la posibilidad de corregirlo y esa opción comienza ahora, a muy temprana edad, desde el hogar.
Doral, Florida, USA, Enero 2015
Leave a Comment