Reciclar la basura oceánica con la Fundación Race for Water

13 abril, 2015

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 por Gabriel Rumor

En diciembre del 2014, el empresario suizo Marco Simeoni vendió al coloso Swisscom su empresa Veltigroup, localizada en Lausanne y especializada en tecnología de las comunicaciones, para consagrarse al proyecto de circunnavegar el globo en un trimarán y calibrar de primera mano el problema de los desechos plásticos que flotan en los océanos. 

Se trata de un tema recurrente en la prensa mundial, que habla ya de la presencia en el Pacífico de un Séptimo Continente, dos veces más grande que el territorio de los Estados Unidos y un peso que alguno expertos estiman superior a las cien millones de toneladas, fruto de las descargas de basura en el último decenio.

Las denuncias se suceden sin interrupción y, una y otra vez, se pone énfasis en los riesgos que una superficie tan vasta y tan contaminada entraña para los recursos marinos, pero son pocas las personas e instituciones que hayan planteado mientras tanto algún tipo de solución.

Ya en 2010, el señor Simeoni había financiado la Fundación Race for Water, para evaluar el efecto de la acción humana sobre las aguas y promover la ecología por vía del deporte y, el pasado 15  de marzo, se echó a la mar en Bordeaux en su trimarán Formule 1, con un navegante y un equipaje de cuatro miembros, en una expedición que hará escala en Nueva York para dar una conferencia ante las Naciones Unidas, antes de proseguir una ruta de 40 mil millas náuticas. 

Su propósito es sensibilizar y educar pero, sobre todo, hallar soluciones técnicas para eliminar y reciclar los desechos flotantes, con el apoyo de la ONU, la  Unión Internacional para la Conservación del Medio Ambiente, la UNESCO y la International Sailing Federation y el concurso de su Fundación, la Escuela Politécnica Federal de Lausanne y los drones de la compañía Sensefly que cartografiarán las zonas contaminadas para el análisis en la universidad norteamericana de Duke.

Simeoni no se conforma con lloriquear y se propone a partir del próximo año introducir métodos de limpieza, recolección y reciclaje de plásticos que tienen un importante valor estratégico y, según el matutino BILAN, considera que su gran desafío es hallar un modelo económico rentable susceptible de atraer al sector empresarial y sensibilizar a los estados para que inviertan en plantas de incineración.

Si tiene éxito, podría estar cercano el momento en que  tal calamidad pudiera dar paso a una explotación similar a la que ya se realiza de los depósitos polimetálicos acumulados durante miles de siglos en el Atlántico Sur.

Caracas abril 2015.