¿Por qué arde Australia?
Mientras el espeso humo de los incendios de Australia sigue llegando hasta las costas de Chile, los científicos se afanan en analizar el fenómeno de las devastadoras “tormentas de fuego”, responsables de incontrolables rayos secos que junto a la meteorología, el terreno, la vegetación y las características del fuego mismo se combinaron para borrar del mapa más de cinco millones de hectáreas, con pocas, afortunadamente, víctimas humanas.
En cambio, es incaculable la pérdida de la fauna que habitaba en las zonas costeras de aquel remoto país, golpeada por un fenómeno diabólico, similar a la culebra que se muerde la cola: temperaturas extremas y largas columnas de humo, producidas por los vastos incendios, que interactúan con la humedad del aire y ascienden hasta formar nubes que, en condiciones propicias, descienden veloces hasta la baja estratosfera y al chocar las partículas frías en sus partes superiores generan una carga eléctrica difundida mediante chispas gigantescas.
La nube se transforma así –explica la agencia AFP– en un pyrocumulonimbus, con tormentas de fuego que producen muy poca lluvia y al golpear el suelo seco engendran nuevos incendios en las áreas circundantes, relanzando el ciclo infernal que esparce brasas hasta a 30 kilómetros del sitio original, con vientos muy fuertes que atizan las llamas hasta alcanzar a veces el nivel de tornados.
Es una peligrosidad agudizada por la dificultad de predecir con exactitud esos incendios.
En Australia ocurrieron 56 tormentas de fuego entre 2001 y 2016 y otras tantas en Estados Unidos, Canadá, Rusia y Mongolia, sobre todo en zonas boscosas, pero el proceso comienza a presentarse con mayor frecuencia y en un periodo de seis semanas en 2019 fueron rastreados hasta 18 pyrocumulonimbus en la sola provincia de Victoria y los expertos temen que el cambio climático esté incrementando las condiciones óptimas para acelerar el proceso.
Y no es que no hubiesen acaecido situaciones similares, porque precisamente en Victoria se recuerda con horror el Sábado Negro de 2010 cuando murieron 176 personas; pero la magnitud presente está obligando a revisar los planes de emergencia vigentes en un país que, según advierte uno de sus numerosos expertos, es un polvorín, porque los otoños e inviernos secos que permitían controlar los incendios ya son cosas del pasado, ampliando la ominosa temporada de los fuegos.
De mero problema ambiental, la catástrofe de estas últimas semanas que en Australia ha devenido en tema político que sacude la supervivencia del gobierno actual y hay voces que se elevan para reclamar que científicos e ingenieros se adapten al nuevo desafío, utilizando el buen juicio profesional para proteger a la ciudadanía, obviando las soluciones simplistas con una estrategia más comprehensiva y eficaz.
Varsovia, enero 2020.
Saben lo que sucede cuando colocamos una lupa por la cual pasan los rallos del sol ? y si por medio de un satélite se puede producir el mismo efecto, esto seria una poderosa arma destructiva de la humanidad, Que pasaría si estos y otros incendios los son causados para distraer a la humanidad de algo mas importante y que todo el mundo puede ver, como también pienso que el nuevo virus fue lanzado para distraer, A que nación o naciones les convienen estos incendios y las consecuencias del nuevo virus ? Cosas que se me ocurren…