Lo último en paneles fotovoltaicos
MIRAMUNDO, por Gabriel Rumor, corresponsal internacional
En un futuro que está a la vuelta de la esquina, los países productores que de manera irresponsable despilfarran su riqueza tendrán que comerse su petróleo.
Es la reflexión que provocan informaciones como ésta, en el cotidiano económico BILAN de Ginebra sobre una célula fotovoltaica prácticamente transparente, la innovación revolucionaria en que se afana un grupo de científicos de la Universidad de Michigan.
Hasta ahora, explica el diario, los paneles tradicionales semejaban amplias placas de vidrio muy oscuras, incluso totalmente opacas y el usuario debía optar entre dejar pasar la luz o la producción de electricidad, por lo que las células fotovoltaicas han sido arrinconadas en los techos o integradas a las estructuras urbanas.
Sin embargo, el equipo del profesor Richard Lunt parece haber tenido éxito en la búsqueda de paneles traslucidos y de alta eficacia en término de producción energética, mediante un material que absorbe ciertos rayos invisibles, como la luz infrarroja, y la dirige hacia los bordes para convertirla en electricidad.
Al concentrar allí las zonas de transformación de luz, han logrado despejar la superficie central, que recupera una transparencia parecida a la del vidrio o de ciertos polímeros acrílicos, con lo cual se incrementa la eficiencia energética de las células.
Y esto comienza a estimular el cálculo de los beneficios comerciales que podrían generarse con tal innovación. Como los teléfonos-inteligentes, de autonomía reforzada gracias a una pantalla táctil que produciría electricidad al exponerse a la luz, o rascacielos autosuficientes e invernaderos capaces de sustentar vastas producciones agrícolas.
También investigadores de la Universidad de California, Los Ángeles, UCLA, han desarrollado una célula fotovoltaica de doble capa transparente que podría ser utilizada en ventanas, techos solares, pantallas de teléfonos móviles y otras superficies para captar energía del sol.
Y, por qué no, automóviles eléctricos que obtendrían una porción de su energía de los vidrios laterales o posterior, del parabrisas o incluso del techo; en fin, una gama de usos potenciales que es infinita, porque todo lo que pueda equiparse con vidrios sería apto para transformarse en una microcentral eléctrica…
Varsovia septiembre 2014.
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