Lisboa contra la contaminación
Para Isadora Valero
Designada Capital Verde Europea en 2020, Lisboa ha comenzado el año con una impresionante demostración política en el parque Eduardo VII, presidida por su alcalde, Fernando Medina, y apadrinada por el ex-presidente portugués Antonio Guterres, actual Secretario General de las Naciones Unidas, dos comisarios de la UE y el Premier del Gobierno.
La ofensiva contra la contaminación se apoyará en cinco ejes, como la licitación de una nueva red de transportes en el área metropolitana e inversiones para el transporte pesado; un acuerdo con las autoridades portuarias para reducir los niveles de basura de los cruceros turísticos que surcan el estuario, haciendo de la antigua Olisipo la sexta ciudad más sucia del continente; la restricción de la circulación automotriz en el centro capitalino y la ampliación del circuito ya existente de 200 kilómetros para bicicletas.
La Comisión Europea añadió 350 mil euros al fondo de 60 millones del presupuesto portugués para apoyar la agenda, en la esperanza de que el cumplimiento del objetivo de disminuir hasta en un 60% las emisiones de CO2 al horizonte de 2030, conseguir la neutralidad de carbono para 2050 y que, a la vuelta de sólo dos años, la ciudad esté formada por espacios verdes, sirva de inspiración y modelo a las demás ciudades del Viejo Continente.
No se trata de una alternativa asfixiante sino, al contrario, evolutiva, como reza el slogan del proyecto, auspiciada por instituciones, empresas, asociaciones, familias y ciudadanos, apoyada en la onda que, según aprecia el alcalde Medina, crece después de pocos años contra los negativistas del cambio climático, a hombros de emprendedores cada vez más numerosos de acciones urgentes para frenar y revertir la situación que perciben como catastrófica.
En cuatro puntos de Lisboa se comenzó ya a plantar más de cien mil árboles y se abrirán nuevos espacios verdes, como la Feria Popular en Carnide y el Parque Ribeirinho Oriente, en el Pozo del Obispo y un nuevo corredor entre el Tajo y el Parque Urbano Vale da Montanha a través de la Estrada de Chelas, constituyendo al final una conexión continuada entre los barrios de Xabregas, Alvalade, Monsanto y Alcántara.
Una tarea bien difícil, la de hermosear todavía más a una de las capitales más románticas y hermosas del planeta y que asiste desde hace años a un boom inmobiliario y turístico cobijado por la estabilidad política y la armonía de su vida democrática.
Varsovia febrero 2020
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