Las mascotas pagan su cuota con la crisis
Por Gabriel Rumor, corresponsal internacional de Planeta Vital
Si pudieran, también ellos estarían en la calle, protestando junto a los indignados que brotan como hongos en las capitales de un planeta agobiado por el desempleo, la inflación y el costo de la vida; pero no llega a los medios la voz de los perros y los gatos y una panoplia de los bichos más insólitos, condenados a pagar el pato de la crisis mundial.
Así sucede en Inglaterra, donde el precio de los alimentos y el costo de los servicios veterinarios obligan a repensar la conveniencia de mantener a las humildes mascotas.
El Guardian londinense informa sobre el descenso en su calidad de vida en un país que tradicionalmente se consideró como santuario de las especies animales que, ahora, por la recesión que obliga a vender la vivienda propia y mudarse a otra, más pequeña, en alquiler, son dejados a cargo de asilos especiales o, simplemente, abandonados en las calles.
Dogs Trust, una organización caritativa, ha iniciado, así, una campaña dirigida a los caseros y agentes inmobiliarios a fin de sensibilizarlos sobre la pertinencia de una actitud más amistosa hacia los pequeños acompañantes de quienes rentan sus propiedades en una base permanente.
Otro problema se deriva de gentes que deben trabajar horarios más extensos y dejar en soledad a mascotas que devienen destructivas y ruidosas, y de personas que, tras negociar una compra mediante la Internet, tienen que lidiar con animales enfermos o de bajo nivel de sociabilidad.
Y no se trata únicamente de la pareja que durante siglos compartía nuestros hogares, porque, siempre en Inglaterra, organizaciones especializadas se sorprenden ante el número sin precedentes de caballos y ponnies que son dejados al abandono, incluso en condiciones que lindan en la crueldad, porque el costo anual de mantenimiento de un animal supera las 4 mil libras esterlinas y, de ñapa, las malas cosechas recientes incrementaron el precio del buen pienso, obligando a suministrar uno de peor calidad que obliga tarde o temprano a solicitar los servicios del médico veterinario.
Es la misma gente que, por la fuerza de las circunstancias, ante la imposibilidad de pagar el alquiler, escapa literalmente por las ventanas y olvida la más variada muestra de animales exóticos, como peces tropicales, tortugas y tarántulas e incluso, según reveló una de las agencias que se interesan por el problema, una pitón birmana de seis metros…
Varsovia 151111
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