Ladridos de longevidad
Perro Viejo sería la traducción de un proyecto científico, reseñado por la revista Drug Discovery News, para identificar factores ambientales que afectan la expectativa de vida y la salud de nuestros fieles compañeros que, extrapolándose, pudieran contribuir a prolongar y hacer más llevadero el tiempo de nuestra propia ancianidad.
Desde el arranque en 2014, la veterinaria Kate Creevy de la Universidad de Texas, el gerontólogo Matt Kaeberlein y el investigador Daniel Promislow, ambos de la Universidad de Washington, han recopilado datos de estilo y expectativa de vida y enfermedades vinculadas a la edad de más de 44 mil ejemplares, para comprobar si una nueva droga llamada Rapamicina puede ejercer sobre ellos efectos positivos.
Ha sido la lógica secuencia del interés inicial en la levadura, después en un nematodo (el invertebrado modelo) y posteriormente en ratones, ascendiendo en la escala evolutiva, pero siempre en laboratorio, que permite un control preciso aunque no revela sus aplicaciones en el mundo real.
Los perros, el siguiente paso, que comparten cada aspecto de nuestro hábitat con excepción de la dieta, partieron del hecho práctico de que envejecen más rápidamente que los humanos y así pueden ser estudiados en un lapso relativamente razonable, y además del valor intrínseco de prolongar su longevidad podrían derivar enseñanzas aplicables a nosotros mismos.
Sobre todo con el uso de la Rapamicina, producida por una bacteria hallada en terrenos de la isla Rapa Nui, que al principio llamó la atención por sus propiedades fungicidas y anti-cancerígenas y reduce los riesgos que tiene la restricción de calorías – el recurso fundamental para moderar el ritmo del envejecimiento- que significa una precaución importantísima.
Y es que en muchos aspectos el proceso se asemeja a un tratamiento pediátrico pues las personas suelen por lo general brindar a sus mascotas un cuido y cariño similares al que conceden a su propia familia.
La Rapamicina contiene un poderoso anti-proliferante que bloquea el ciclo celular al inhibir la proteina mTOR, que regula el crecimiento, el desarrollo y la reproducción, y su efecto en el envejecimiento, variable según las especies, es muy eficaz para restablecer la homeostasis, fundamental en la autoinmunidad en los ejemplares ancianos.
Comienza ahora en la Universidad de Texas la tercera fase del estudio, interrumpida por la pandemia, y los investigadores confían en que los resultados estarán disponibles en un par de años y confirmarán, si aún hubiese necesidad, el papel que la raza canina juega en nuestra cotidianidad.
Con su extraordinario olfato, capaz de detectar malaria a través de los calcetines, el cáncer prostático en muestras de orina, la diabetes, el Parkinson con años de anticipación y el cáncer de mama, obviando la exposición a las radiaciones del monitoreo en vigencia; sin hablar del fulgor en la mirada y el entusiasmo con que esos entrañables enanos saludan nuestro regreso al hogar.
Varsovia, julio de 2023
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