La revolución del grafeno
MIRAMUNDO por Gabriel Rumor, Corresponsal Internacional
El porvenir de la humanidad podría estar, literalmente, en la punta de un lápiz, a raíz del hallazgo de las extraordinarias potencialidades de una variedad de carbón de grafito que está revolucionando las comunicaciones, la medicina, las energías renovables y un sinfín de otras actividades de la vida contemporánea.
El grafeno fue descubierto hace diez años y no ha dejado de maravillar a los científicos como el primer material bidimensional, porque forma láminas de cristal de sólo un átomo de grosor, el más pequeño que se conoce (un millón de veces más delgado que un cabello humano) y, sin embargo, doscientas veces más resistente que el acero.
Es, además, el mejor conductor de electricidad sobre el planeta, así que puede ser útil en cualquier rama relacionada con la electrónica, como teléfonos móviles y cámaras flexibles y aparatos portátiles incorporados al vestido.
En medicina, se piensa que pudiese emplearse para implantar drogas en sitios afectados del organismo y tratar pacientes con cáncer o lesiones cerebrales como el Parkinson, y está siendo desarrollado en membranas de separación de líquidos, para purificar el agua en los países en desarrollo y en plantas desalinizadoras de mayor eficiencia.
Los investigadores –afirma el Independent londinense- han descubierto que el grafeno permite el paso de átomos o protones de hidrógeno con carga positiva, a pesar de su impermeabilidad a todos los demás gases, incluido al mismo hidrógeno, y sus implicaciones se pierden de vista porque podría incrementarse la eficiencia de las pilas que extraen electricidad directamente de dicha sustancia.
Básicamente, el hallazgo abre la posibilidad de obtener combustible de hidrógeno en la atmósfera y quemarlo como una fuente energética exenta de carbono, para producir electricidad y agua sin los derivados nocivos tradicionales.
“En la atmósfera existe una cierta cantidad de hidrógeno que terminaría en un depósito de grafeno, capaz de utilizarse en la misma pila para producir electricidad”, resume el equipo de sir Andrei Geim, de la Universidad de Manchester, merecedor del Premio Nobel de Física en 2010 por sus trabajos en la materia.
En un estudio publicado en la revista Nature, se especula que existen tantas aplicaciones potenciales en el campo de las pilas de hidrógeno y en la tecnología de recoger el hidrógeno de la atmósfera, que estaríamos en puertas de una nueva fuente de energía no contaminante.
Según sir Andrei es la primera vez que se escribe sobre el tema, que algunos podrían considerar incluso iluso de ciencia-ficción, e inducirá a que muchos otros expertos comiencen a interesarse en sus vastas posibilidades porque se ha demostrado que no contradice ninguna ley conocida de la naturaleza.
Varsovia, diciembre 2014.
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