La electricidad de Berlín en manos de los ciudadanos
MIRAMUNDO por GABRIEL RUMOR, corresponsal internacional
La transición de Alemania de la energía nuclear y a base de hidrocarburos a las fuentes renovables, que avanza sin prisa ni pausa, se refuerza con la iniciativa de un grupo de muchachos de la capital, reunidos en el Citizen Energy Berlin, para poner a los propios ciudadanos en control de la red eléctrica que ahora administra la firma sueca Vattenfall.
El Guardian informa que la cooperativa, fundada apenas hace dos años por una pareja de estudiantes, cuenta ahora con un capital de 5.4 millones de euros, gracias al aporte de un millar de miembros que pagan un mínimo de 500 euros por acción, pero queda aún muchísimo trecho por recorrer, pues un informe municipal ha evaluado el precio del sistema en 800 millones, y en tres millardos la propia Vattenfall, que, además, compite por la licitación.
Es un esquema que funciona desde hace un cuarto de siglo en la localidad de Schönau en la Selva Negra y atrae el interés de ciudades de la talla de Hamburgo, en el marco de los esfuerzos nacionales por reducir el uso de carbón y prescindir absolutamente de lo nuclear en 2022, a fin de eliminar hasta en un 95% las emisiones de contaminantes hacia el 2050.
En cierto sentido, las cuatro grandes firmas nacionales se han dormido en sus laureles y apenas producen el 6.5% de la electricidad, mientras que el 40% de la energía proviene de pequeños productores agrícolas y las cooperativas se han cuadruplicado desde 2009 para generar, en su mayoría, energía solar.
Un objetivo no es tan utópico cuando se sabe que en estos momentos Alemania genera la cuarta parte de su electricidad con energías renovables y que en un día cualquiera de verano el viento y el sol proveen el 60% de sus necesidades.
Sin embargo, no es un desarrollo homogéneo y, como la capital produce con carbón casi la totalidad de su electricidad, cobra mayor importancia la participación de sus ciudadanos para controlar y acelerar una transición que, están convencidos, les reportará un aire más limpio y una factura menos abultada que cancelar a fin de mes.
La decisión, concluye el diario londinense, estará el próximo año en manos del Senado de Berlín y el ganador gerenciará el sistema desde el 2015 al 2035.
Varsovia, septiembre 2013.
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