Isla artificial para ingenieros sin visado
MIRAMUNDO por Gabriel Rumor,
Varsovia, julio 2013.
El diario parisino Le Figaro reseña la rocambolesca iniciativa que están cocinando las empresas de alta-tecnología de Silicon Valley, en California, para saltarse la legislación vigente que limita a 65 mil visados anuales la inmigración de los cuadros que precisa para sus actividades siempre en expansión: una isla artificial frente a las costas de San Francisco, más allá de los límites territoriales, donde podrían vivir y trabajar más de un millar y medio de cerebros informáticos.
La necesidad de profesionales en el sector es tan aguda que, en 2012, la cuota oficial había sido ya rebasada ¡en mayo!, y fue entonces cuando tres empresarios concibieron el proyecto llamado Blueseed, para albergar unos 1540 ingenieros, exentos del requisito burocrático porque, ahí está el detalle, trabajarían en aguas internacionales.
Según Max Marty, CEO y co-fundador de Blueseed, mucha gente desea ir a Silicon Valley, pero no pueden lograrlo por falta de visado y otras limitaciones.
Que la idea no es para nada absurda, porque se inspira en cierta medida en las plataformas petroleras que han permitido la explotación en zonas off-shore de altísimo riesgo, lo prueba el que más de 1300 expertos de 67 países se hayan ofrecido para implantarse en esta tecnopolis flotante, a un costo mensual desde 1200 dólares en un camarote compartido para vivienda y oficina, hasta 3 mil por un camarote individual en los pisos superiores de la espectacular estructura.
Este proyecto podría albergar a unas 1.000 personas y fondearía a 12 kilómetros al sudoeste de la Bahía de San Francisco, en aguas internacionales. Sería registrado en un país con un sistema legal de buena reputación, tal vez las Bahamas o las Islas Marshall, dijo Marty. Los residentes estarían sujetos a las leyes de esa nación.
Los residentes se trasladarían a tierra con visas temporales de negocios o de turismo que son más fáciles de obtener, para reunirse con inversionistas, colaboradores, socios y otros.
Aunque los críticos se burlan y piensan que se trata de un truco publicitario, según sus promotores, Blueseed entraría en funciones en el verano del próximo año, pero ahora todo está pendiente de las maniobras en curso en el Parlamento de Washington para reformar la legislación inmigratoria promulgada en enero de este año y elevar a 110 mil e incluso a 180 mil, si las circunstancias lo ameritan, el número de diplomados foráneos indispensables para la marcha normal de ese sector tan vital para la economía mundial.
Desde Planeta Vital hacemos votos porque esta propuesta tecnológica sea siempre a favor de nuestra naturaleza y genere proyectos ecologicamente responsables.
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