India, mas tigres en sus bosques
MIRAMUNDO por Gabriel Rumor, Corresponsal Internacional
No en todas partes se sigue el triste ejemplo de China, donde los tigres son sacrificados en espectáculos que evocan los sangrientos circos romanos y se ofrecen como manjar exquisito de la oligarquía comunista.
Al otro lado de los Himalayas, en la India vecina, el número de esas bestias hermosísimas ha pasado de 1706 a 2226 en los últimos tres años, según estadísticas oficiales que la prensa internacional recoge junto al entusiasmo de las organizaciones proteccionistas, orgullosas, con justa razón, de sus campañas, y la satisfacción del ministro del medio ambiente, Prakash Javadekar, por el éxito de su estrategia de crear refugios naturales a cargo de personal especializado.
“Por esto queremos establecer más reservas, como una prueba de la biodiversidad y de nuestra preocupación por mitigar el cambio climático y de que la India camina en la dirección correcta con el aplauso del mundo”, expresó el alto funcionario, consciente sin duda de la criticada inclusión de la India entre los principales países productores de dióxido carbónico y de la fea impresión que causó el nuevo gobierno al pregonar la prioridad del crecimiento económico, incluso en detrimento de la ecología.
Ha sido una labor impresionante, mediante diez mil cámaras ocultas por la Autoridad Nacional de Conservación del Tigre que lograron fotografiar e identificar alrededor del 80% de los animales, que viven recluidos porque la mayor parte del habitat natural en las junglas, los pantanos y las sabanas ha desaparecido por el efecto de la demografía que hace de la India el país más poblado del planeta, por encima de la misma China.
Es un equilibrio delicado con las necesidades de la industria turística, porque la Corte Suprema introdujo hace dos años la prohibición de acceso a las áreas protegidas y cuatro meses después tuvo que dar marcha atrás por las protestas encendidas de los operadores y los guías, pero desde luego es la miseria el enemigo principal de los majestuosos felinos que siguen siendo eliminados, junto con los leopardos y rinocerontes, para satisfacer la medicina tradicional y las apetencias del vasto mercado en el Sudeste Asiático.
Y por eso es difícil, quizás imposible, que algún día llegue a recuperarse la cifra de 45 mil ejemplares que hace un siglo merodeaban en plena libertad por los campos hindúes.
Varsovia, febrero 2015.
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