FRANCIA BOTA MENOS COMIDA
por Gabriel Rumor
Un reportaje en Le Figaro parisino revela cómo una ley votada de manera unánime por el Senado en febrero del pasado año ha logrado reducir en Francia el desperdicio de alimentos, obligando a las grandes cadenas de supermercados a distribuir los productos sobrantes que desechaban como basura.
Más de diez millones de comidas que respetan la fecha límite de consumo, son repartidas ahora entre las personas de menores ingresos, como resultado concreto de la iniciativa del diputado Guillaume Garot, socialista de Mayenne, y la senadora Chantal Jouano, centrista UDI de París, para responder a la presión de los medios sociales y, en caso de rebeldía, las cadenas pueden incurrir en sanciones hasta de 3.750 euros.
Fue a su vez, la continuación lógica de una idea lanzada en 2015 por Arash Derambrarsh, concejal del municipio de Courvevoie que, en un principio, sólo motivó burlas y comentarios despectivos.
Además, desde la promulgación se ha registrado la legalización de cinco mil nuevas asociaciones, de las que ya disfrutaban del derecho al almacenaje de productos, como los Restos du Coeur, la Cruz Roja o los Banques Alimentaires.
Y, en fin, Francia, que fue el primer país en el mundo en dotarse de una legislación de tal índole ha servido de modelo a otros, como Italia, Sudáfrica o México, donde cada ciudadano bota en promedio de 20 a 30 kilos anuales de comida -siete de ellos, incluso, como ocurre con los yogurts, sin siquiera haber sido desempacados- por un valor de 400 euros por cada familia de cuatro personas.
El éxito de la iniciativa de los legisladores franceses se ha debido, también, a las acciones de sensibilización, sobre todo en las cantinas escolares y los comederos de empresas, mediante visitas de los productores locales, con un impacto positivo adicional, como indica el diputado Garot, contra el calentamiento global, porque el menor despilfarro trae consigo la utilización de menores recursos energéticos.
Caracas, febrero 2017
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