En Rjukan, Noruega, gritan !hágase la luz y la alegría!
Miramundo, por Gabriel Rumor, corresponsal internacional
Este pueblo nació gracias al compromiso de Sam Eyde, fundador del gigante noruego Norsk Hydro, que quería aprovechar una enorme cascada para producir fertilizantes químicos.
La palabra Solspeil, que en noruego significa espejo solar, tiene un auspicioso significado para los habitantes de Rjukan, en el valle de Vetfjord en el Telemark, al pie de la imponente montaña Gaustatoppen, un siglo después de que Sam Eyde lo imaginase, como alternativa a las deprimentes temporadas de oscuridad y tedio.
Fue una de las muchas ideas que no llegó a realizar aquel imaginativo personaje y ahora se hará realidad, según informa el diario francés Le Figaro, aunque sus compatriotas construyeron en 1928 una góndola para transportar miles de personas hasta el disfrute en las montañas de los tímidos rayos de sol en los meses invernales.
Martin Andersen, creador de los planos de los actuales espejos, logró la financiación. Más de 600.000 euros (unos 418 millones de pesos) para la construcción de estos espejos con los que reflejar la luz hacia el pueblo.
Y, sin embargo, a pesar de tan infortunada posición geográfica, Rjukan fue obra de los mejores arquitectos e ingenieros de la empresa Norsk-Hydro en virtud de su potencial hidroeléctrico y es probable que ingrese en 2015 en la lista de sitios de importancia de la UNESCO, apuntalado por la instalación de Martin Andersen, un artista residente, de un enorme tríptico heliostático de 51.2 metros cuadrados, a 400 metros en el tope de una montaña, guiado por computación, que perseguirá los rayos del astro-rey para enfocarlos en la plaza central del pueblito, privado de luz cada año, desde septiembre hasta marzo.
Ha sido una iniciativa copiada de la municipalidad piamontesa de Viganella, a 120 kilómetros de Turin, que con un gigantesco espejo heliostático de 14 láminas de metal que mide 40 metros en total, remedió en 2006 la ausencia de sol de casi tres meses anuales, que amargaba la existencia de sus 185 habitantes, a un costo de cien mil euros.
Varsovia octubre 2013
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