DESCUBREN BACTERIA COMEPLÁSTICO

  por Gabriel Rumor

No podía haber llegado más oportunamente…

Mientras el clamor ante la intrusión contaminante de los plásticos alcanza niveles de histeria a escala global, una joven estudiante de biología afirma haber hallado la solución a tan grave problema ambiental: una bacteria capaz de devorarlos, convirtiéndolos en residuos inofensivos.

Morgan Vague, del Reed College en Oregon, USA

Morgan Vague, del Reed College en Oregon, USA

El INDEPENDENT londinense anuncia que Morgan Vague, del Reed College en Oregon, USA, ha descubierto microbios que degradan los polietilenos terestalatos, uno de los plásticos más comunes, empleados en vestidos, botellas de refresco y empaques de alimentos que, hasta ahora, tomaban siglos para desintegrarse.

Una auténtica pesadilla, cuando se sabe que sólo se recicla la décima parte de las 300 millones de toneladas de plástico que botamos al ambiente año tras año, que motivó a la joven científica para estudiar el metabolismo bacterial y cazar microbios capaces de degradar el plástico en el suelo y el agua que rodean las refinerías en su casa de Houston, Texas.

De vuelta a su laboratorio en Portland, Morgan sometió a prueba alrededor y detectó lipasa (una enzima de rápida digestión que puede quebrar el plástico y hacerlo más digerible) en veinte de 300 muestras de bacterias, y se sorprendió al hallar la velocidad con que tres de ellas con altos niveles de encima, atacaban la dieta forzada de polietileno tereftalato de las botellas de refrescos.

Manila

Manila

Falta un buen trecho, sin embargo, antes de confirmar la capacidad digestiva de esos microbios y el siguiente paso será acelerar el proceso, mejorar los tratamientos preliminares de los polietilenos tereftalatos para hacerlos más comestibles y ampliar el radio de acción de las bacterias

Otro biólogo de la Universidad de Plymouth, que en fecha reciente había creado accidentalmente una versión super-potente de enzima comeplástico,

Tripoli

Tripoli

considera interesante la experiencia, pero advierte contra un prematuro triunfalismo, a lo que Morgan y su equipo replican que la nueva sustancia podría ayudar a reciclar millones de toneladas de envases, e incluso reducirlos a simples bacterias y CO2, inofensivos.

Y, de todos modos, para atajar cualquier especulación fantasiosa, los investigadores de Oregon precisan que no se trata de crear una especie de Eco-Robokop, que iría por el mundo devorando las porquerías que alegremente arrojamos, sino de aislar las bacterias y atacar el plástico de manera que aquellas puedan digerirlo de manera natural.

Varsovia, octubre 2018