¿Desaparecerán las Islas Filipinas?
MIRAMUNDO
Por Gabriel Rumor, corresponsal internacional de Planeta Vital
Como la casa de Dorothy en “El Mago de Oz”, las islas Filipinas enfrentan el riesgo de desaparecer uno de estos días, volando bajo los embates de cualquiera de la veintena de tifones y super-tifones que las sacuden año tras año.
El corresponsal del “Guardian” londinense señala que Pablo (Bopha), con vientos que rozaron los 320 kilómetros por hora, el más mortífero de 2012 a escala global y aunque arrasó con el 90% de los cocoteros, vitales para su economía, y dejó casi dos mil víctimas, pasó casi desapercibido de la prensa internacional que tanto interés dedicó en su momento a un huracán como el Katrina, de muchísima menor intensidad y nivel de estragos.
Un tratamiento que, quizás, se explique por la proximidad de éste último a las grandes capitales occidentales o, paradójicamente, porque la frecuencia y grado de devastación de las tormentas que afectan a las Filipinas hacen de ellas casi un suceso cotidiano; lo cual naturalmente, preocupa a las autoridades nacionales que deben enfrentar inundaciones, terremotos e incluso erupciones volcánicas y temen hasta por la supervivencia misma del archipiélago oriental.
Y es que las mediciones científicas apuntan a que el calentamiento ambiental es en las Filipinas cualquier cosa menos académica, porque el ritmo de las lluvias ha disminuido, erosionando los suelos y afectando las actividades agrícolas, mientras aumenta el nivel del mar que ya entraña el peligro de desaparición de muchos de los microestados del Océano Pacífico.
Una alta funcionaria oficial cifra en casi 3 por ciento del PIB el costo, en términos financieros y humanos, de la devastación producida por los tifones, y advierte que fenómenos como Pablo podrían, en un futuro inmediato, ser más negativos incluso que los efectos de la actividad humana, como la pesca incontrolada, la dependencia de ciertos cultivos, el agotamiento de los acuíferos y el crecimiento explosivo de una población que ya bordea los cien millones de habitantes
Aún quedan 15 mil de las víctimas de Pablo en el stadium de la provincia de New Bataan, convertido en centro para refugiados, y en total se estima que 200 mil personas siguen viviendo con familiares y amigos, y ya el gobierno de Manila se desvela en los preparativos para el siguiente super-tifón.
Pero, como advierten los funcionarios, todo ese vasto operativo será inútil si no se ataca el problema fundamental que significan los cambios climáticos, que podrían conducir a las islas Filipinas a una hecatombe anunciada…
Varsovia, marzo 2013.
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