China nos dejará sin leche

por Gabriel Rumor

Si tiene éxito el plan de los líderes chinos de triplicar el consumo nacional de leche, el resto del planeta se verá en dificultades para satisfacer las necesidades de sus propios ciudadanos y el mismo coloso asiático enfrentará insospechados problemas económicos y sociales

Muuuucha leche

Hasta fines del siglo pasado no había problema, porque tradicionalmente los chinos consideraron la leche un alimento de pueblos bárbaros y, de ñapa, el 95% de la población padecía de intolerancia a la lactosa, pero las imágenes de los Juegos Olímpicos de Los Angeles en 1984 ejercieron un impacto de tal magnitud que las autoridades comunistas se sintieron forzadas a transformar sus hábitos alimenticios para competir con los super-atletas occidentales.
Además, quedaron impactados con las imágenes de los niños del Japón, cuya altura media creció en una sola generación tras la ocupación norteamericana, con un mayor suministro de huevos y lácteos en la dieta escolar.
Apenas 120 mil vacas asistieron en 1949 al nacimiento de la China Popular, que es ahora el tercer productor mundial gracias al esfuerzo de 13 millones de animales, mientras el consumo per capita se ha elevado a 30 kilogramos anuales y la leche ha devenido sinónimo del éxito del partido único en alimentar a su ingente población.


Subsisten, sin embargo, diferencias entre el campo y la ciudad y –como apunta un extenso reportaje en el GUARDIAN londinense- el actual plan quinquenal se propone convertir las pequeñas granjas en enormes conglomerados industriales.
Como Anita Ekberg en una vieja comedia de Fellini, el presidente Xi quiere que cada ciudadano incremente su consumo y esto pasa por triplicar la producción y como uno de los aspectos prácticos a resolver es la enorme cantidad de agua necesaria, que ya escasea, se propone instalar vastas factorías en otros países, sobre todo africanos.
Esto tendría un impacto considerable en las emisiones de gas invernadero, causadas globalmente en un 14.5% por las ventosidades vacunas, sin contar con las copiosas deyecciones del ganado, para cuya nutrición deberían crecer también los cultivos de soya, con su efecto deforestador, sobre todo en la Amazonia brasilera; y habría que añadir el incremento en la contaminación por la exigencia de transportar más productos lácteos a mercados ubicados a distancias mucho mayores…

Leche importada en Beijing

En síntesis, como indica un investigador holandés, para que China pudiese alcanzar su ambicioso objetivo tendría que buscar en el mapa dos nuevos países del tamaño de Irlanda y dedicarlos, exclusivamente, a producir el forraje necesario para sus vacas dentro y fuera del país, y esto representaría en los próximos treinta años una amenaza a nivel planetario con implicaciones geopolíticas de difícil vaticinio.

Varsovia junio 2019