CHILE: VANGUARDIA ENERGETICA
por Gabriel Rumor
Carente de combustibles fósiles, Chile fue siempre consciente de su vulnerabilidad energética, pero cuando Argentina le suspendió abruptamente el suministro de gas natural en 2007, comprendió que debía hacer algo, pronto y significativo, para superar su dependencia.
Cerro Pabellón, a casi 5 mil metros de alturas rodeadas de volcanes nevados, donde funciona ya la primera planta geotermal de Sudamérica, con capacidad para atender 165 mil viviendas, es según el New York Times, un nuevo paso en la transición chilena a las energías limpias, al lado de vastas instalaciones eólicas y solares.
Nuestro Continente no sólo puede ufanarse de generar mediante colosales represas como Guri e Itaipú la electricidad más limpia del planeta, sino que desde 2004 ha visto multiplicar por once –dos veces el ritmo global- las inversiones en energías renovables, con Chile, México y Brasil entre los países líderes de la región y del mundo.
Incluso Argentina, uno de los países más atrasados en ese campo, ha decretado 2017 como “Año de las Renovables”, abriendo licitaciones para compañías extranjeras con el objetivo de elevar del 2% actual al 20% la producción de fuentes renovables para el año 2025.
La meta de Chile es aún más ambiciosa pues proyecta generar en 2050 el 90% de su electricidad, es decir, el doble de la producción actual; y con el incremento se abre la perspectiva de exportar energía a los países vecinos, cuyas instalaciones hidrotermales vieron afectadas en estos últimos tiempos por severas sequías e inundaciones.
En buena medida, afirma el diario, el mérito recae en la presidenta Michelle Bachelet, ya en su primer mandato y, sobre todo después que recuperó el poder en 2014 y, además del traspiés argentino, tuvo que hacer frente a prolongadas sequías que amenazaban trocar a Chile en un desierto.
Aprovechó para ello las condiciones geográficas excepcionales de Chile en cuanto a las energías renovables, que hacen posible, por ejemplo, la cadena de plantas solares en el desierto norteño de Atacama, uno de los rincones más secos del planeta; los parques eólicos a lo largo de los 4.250 kilómetros de litoral sobre el Pacífico y, ahora, las instalaciones geotermales, basadas en el inagotable potencial volcánico, con la ventaja de una regularidad que evita las interrupciones, si bien a un costo más elevado.
El de Cerro Pabellón es una joint-venture de la petrolera nacional y la ENEL italiana cuyo gerente general, Sergio Arancibia, hizo sus primeras armas en la entonces poderosa PDVSA venezolana y señala complacido que el desarrollo proporciona energía a poblaciones remotas, como Ollague, que, de otro modo, hubieran sucumbido hace mucho tiempo.
Es una ganancia adicional si se considera que los colosales proyectos hidroeléctricos en el Continente desplazaron en su momento vastas poblaciones y trajeron aparejados inundaciones y cuantiosos daños ambientales mientras que estos nuevos desarrollos se integran armónicamente con las comunidades locales.
Varsovia octubre 2017.
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