CARTELES DE LA DROGA AFECTAN CIENCIA MEXICANA
Que no podía el sector científico mantenerse al margen de la acelerada penetración de los poderosísimos carteles de la droga en la sociedad mexicana, es la conclusión de un reportaje de la prestigiosa revista NATURE sobre los muchos proyectos abandonados y las investigaciones postergadas a causa de la inseguridad rampante.
Una cifra record de 33.341 homicidios fue reportada oficialmente en la patria de Juárez en 2018 y una de las víctimas ha sido el equipo de astrónomos del observatorio de Puebla, por las actividades criminales en torno a la Sierra Negra, el volcán extinto que aloja el formidable Gran Telescopio Milimétrico (GTM), responsable de numerosos hallazgos, y del vecino Observatorio de Cherenkov, que detecta alta energía cósmica y rayos Y en búsqueda de colisiones de supernovas, cuyo acceso ha sido prohibido a fin de evitar riesgos
Nadie se ha tomado el trabajo de documentar de manera sistemática el efecto del crimen organizado en la comunidad científica nacional que, sin embargo, experimenta sus embates colaterales.
Por ejemplo, el huachicole o mercado negro de petróleo ha sumido a Puebla en la violencia, por la vecindad de oleductos, objetivo regular de canibalizaciones que se saldan, como en fecha reciente, con trágicas explosiones.
A principios de este año, continúa NATURE, científicos que trabajaban en el área de Tierra Caliente recibieron amenazas de gangs locales para que suspendieran la vigilancia de una especie muy vulnerable de papagayos que atraía demasiada curiosidad en su zona de actividades; lo mismo ha ocurrido con estudiosos de la tortuga Bolson en la Reserva de Mapimi, y ha afectado programas de cooperación internacional como el existente con la Universidad australiana de Queensland en grutas cercanas a Cuernavaca donde vive una rara especie de vampiros.
Un péptido contenido en su veneno podría tener interesantes aplicaciones médicas, pero la intrusión de las bandas obligará, quizás, a trasladarse a Costa Rica donde las condiciones de trabajo ofrecen mayor seguridad.
En el turbulento estado de Guerrero, los programas de asistencia agronómica de la Universidad Autónoma de México a las comunidades indígenas han sufrido también por las incursiones militares contra presuntos implicados en el tráfico de narcóticos.
La alternativa, entonces, es en cierto modo soslayar el problema con una suerte de ciencia itinerante para evitar encuentros desagradables en zonas aisladas o como la opción de imágenes satelitales que la Universidad de Guanajuato emplea en lugar de medidas sobre el terreno para investigar los cambios en el uso de la tierra.
¿Surtirán efecto las medidas contra los carteles, anunciadas en enero por el nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador?
La comunidad científica, concluye el reportaje, se muestra escéptica, hasta ahora.
Varsovia, junio 2019
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