¡CARAY, CASAS VOLADORAS!
por Gabriel Rumor
Behrokh Khoshnevis…Jeff Wilson…Arthur Mamou-Mani…
Habrá que acostumbrarse a leer sobre las proezas de estos creadores que revolucionan la arquitectura con casas diseñadas en 3D y mudables de un sitio a otro en camión o !incluso! aerotransportadas, porque bajo los efectos del cambio climático y del crecimiento demográfico y gracias a novísimas tecnologías cambiarán el perfil de las ciudades en un futuro no tan lejano.
¿Cómo pasar por alto, por ejemplo, el nivel del mar que va en aumento en zonas costeras edificadas como si fuese a permanecer inalterado un planeta que alcanzará a mediados de siglo diez millardos de habitantes, protagonistas de oleadas migratorias que acumularán en unos lugares la población que escapa de otros agobiados por guerras, contaminación y miseria?
Hoy día, según un reportaje del New York Times International, una de cada ocho personas vive en rancherías urbanas y se calcula que 1.600 millones requerirán acomodo al horizonte de un 2025 que está allí mismo, a la vuelta de la esquina.
Nadie ha imaginado la solución a un problema de semejante magnitud y por eso conviene conocer algunas de esas personalidades innovadoras.
Como el profesor Behrokh Khoshnevis, de la University of Southern California y director del Center for Rapid Automated Fabrication Technology (CRAFT), cuyo método de construcción con 3D permite levantar casas en un día, por una fracción del costo actual y sin participación humana, mediante una grúa robótica guiada por computación que levanta paredes superponiendo placas de concreto hasta la instalación del techo o de pisos cuando se trata de una casa de varios niveles.
Por ahora, el profesor se ha ganado el respaldo de Alphabet, subsidiaria de Google, por su énfasis en los recursos absolutamente reciclables; colabora con la NASA para construir estructuras en la Luna con materiales originales de nuestro satélite, y comparte su entusiasmo por las impresoras en 3D con Arthur Mamou-Mani, director de otra empresa pionera y profesor de la Universidad de Westminster, que imprime sillas para un restaurant londinense cuyo menú se prepara con la nueva tecnología.
Mamou-Mani está convencido de que nos hallamos en vías de un cambio enorme, porque gracias a sitios disponibles en Internet, la gente superará la pasividad actual y será más protagonista, capaz de personalizar, bajar e imprimir vestidos, mosaicos para interiores, bisagras para muebles, autos y accesorios de máquinas, en sus casas o en el laboratorio más cercano, con innovaciones que añadirán originalidad y diversidad a su habitat.
Y no sólo eso, afirma, porque si algunos han hablado ya de emplear drones para trasladar las viviendas, él imagina un momento en que la casa misma será el dron que requiere una generación cada vez más nómade gracias al trabajo en el hogar y las aerolíneas de bajo costo, de manera que volar con las casas, un poco como Dorothy en el mundo de Oz, será el pan de cada día del futuro.
Mientras llega ese momento fascinante, Jeff Wilson trabaja en Austin, Texas, en un modelo que permitirá a la gente efectuar sus mudanzas a lomo de camión, entre ciudades que dispondrán del espacio exacto y los servicios indispensables donde encajar sus viviendas como si fuesen un enorme rompecabezas.
Kasita se llama la empresa de este innovador que ganó celebridad como el Profesor Basurero después que vivió durante un año en un apartamento de diez metros cuadrados para probar los límites del minimalismo y ahora construye una casa inteligente de cien, concebida para artistas, músicos y jóvenes que pueden vivir en un terreno aislado o en palomares de diez pisos dotados de agua, electricidad y servicios.
En el corto plazo, Wilson piensa que su misión es aportar una solución urbana accesible, pero en el largo simplemente habrá que imaginar un estilo más ágil y sagaz para vivir en nuestras ciudades, porque si el nivel del mar sigue subiendo será ciertamente más sencillo mover una Kasita que un hotel Hilton colosal.
Varsovia agosto 2016.
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