Balaknama: hablan los niños de la calle
por Gabriel Rumor
En Delhi, la capital hindú, los niños de la calle publican un periódico para denunciar las condiciones de su vida cotidiana.
Se estima en 400 mil en todo el país y 51 mil –precisa el diario londinense- la población infantil en Delhi, incluso hasta de cinco años de edad, abandonados por sus familias, que se ganan la vida mendigando o escarbando en la basura y son objeto de abusos verbales, físicos y sexuales. “Nos golpean y tratan como basura porque no tenemos quien hable por nosotros”, reclama Chandni, de 18 años, editora del tabloide Balaknama, escrito en hindi y luego traducido al inglés.
Son sesenta reporteros -refiere el GUARDIAN londinense- cuyas edades oscilan entre los doce a veinte años, residentes en Delhi y los estados vecinos de Haryana, Madhya, Pradseh y Uttar Pradesh, reclutados en su mayoría por las ONG Federation for Street and Working Children y Childhood Enhancement.
De cada edición mensual se distribuyen ocho mil copias gratuitamente en estaciones de policía y organizaciones dedicadas a proteger los derechos infantiles
Una de sus grandes victorias fue el reportaje sobre la práctica de la policía de obligar a los pequeños a recoger los cadáveres mutilados de forma atroz en accidentes de ferrocarril, que condujo a emprender acciones legales contra los funcionarios responsables, y en otra ocasión, la noticia en primera plana sobre un matrimonio infantil, recogida por Rustam, un pequeño de sólo doce años, provocó protestas públicas y forzó a la policía a suspender la ceremonia
Para Rustam, el trabajo en el periódico ha cambiado su existencia porque dejó de mendigar y ahora estudia y recibe un módico estipendio por cada historia escrita, y es éste el sentimiento de dignidad que BALAKNAMA aspira fomentar entre los pequeños vagabundos, reflejando sus dificultades y, sobre todo, publicando historias positivas sobre niños que retornan objetos perdidos y ayudan a recuperar objetos robados.
Además, emprende campañas con objetivos de mayor alcance, como la obtención de papeles de identidad, y ahora enfoca su atención contra las enmiendas a la Ley de Justicia Juvenil que entorpecen la labor reformatoria al permitir el procesamiento como adultos a niños entre 16 y 18 años, acusados de violación y asesinato.
“Muchos de ellos son vulnerables porque no tienen familias ni saben su fecha de nacimiento, señala Chandni, y cuando las autoridades hablan de los derechos infantiles están pensando en niños con hogares y que van a la escuela, y a nadie le interesan los que viven en las calles o trabajan en viviendas u hoteles”, y la editora de BALAKNAMA está determinada a que esto cambie, al permitir a los pequeños vagabundos echar el cuento.
Con sus propias palabras.
Varsovia mayo 2016.
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