Amazonía: el pulmón del planeta
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Por Marisela Valero
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El podcast de Planeta Vital está dedicado a esta maravillosa región del continente americano.
Es un pequeño aporte para informar sobre lo vital que la Amazonía es para nuestra permanencia en el planeta y también para alertar el inmenso riesgo en el que está inmersa su naturaleza , a causa de la acción irresponsable del ser humano.
El mayor bosque tropical del mundo.
La selva amazónica es el mayor bosque tropical del mundo y cubre más de 3 millones de kilómetros de terreno. Se extiende por nueve países sudamericanos: Brasil, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guyana, Surinam y Guayana Francesa. Le llaman el pulmón del mundo porque genera el 20% del oxígeno de la Tierra
La selva del Amazonas es el hogar de una gran cantidad de especies vegetales, así como de animales que van desde reptiles y anfibios a mamíferos, aves e insectos. De hecho, se trata de un ecosistema donde, todavía a día de hoy, los biólogos descubren especies nuevas y desconocidas cada cierto tiempo, lo que es un buen ejemplo de la gran inmensidad de biodiversidad que alberga.
Según la paleoecóloga Encarni Montoyan, en algunas partes de las tierras bajas del Amazonas, en un solo gramo de tierra conviven más de 1.000 especies de hongos. En solo 10.000 metros cuadrados de bosque tropical hay más tipos de árboles que en toda Europa. Y en las aguas que recorren la inmensa cuenca fluvial habitan una de cada 10 especies de peces de agua dulce del mundo, más de la mitad de las cuales son endémicas.
Esta exuberante región proporciona importantes beneficios a las comunidades que viven cerca y lejos. Cerca de 500 comunidades indígenas consideran la selva amazónica su hogar. La selva tropical puede crear su propio tiempo e influir en los climas de todo el mundo. Por desgracia, este frágil ecosistema se enfrenta a la constante amenaza de la deforestación, ha sufrido de grandes incendios forestales, la devastación y contaminación por mercurio, producida por la minería.
Es uno de los ecosistemas más diversos del mundo, ya que alberga el 10% de las especies del planeta, según el Fondo Mundial para la Naturaleza. Hay más de 2,5 millones de especies de insectos que se mueven entre la hojarasca. Contiene unas 1.300 especies de aves, 3.000 de peces y unas 430 de mamíferos, según National Geographic.
Se han encontrado más de 40.000 especies de plantas en la selva amazónica. Muchas de ellas tienen importantes usos medicinales o se encuentran en los alimentos que consumimos.
Las plantas del Amazonas desempeñan un papel activo en la regulación del ecosistema. Cuando las plantas del Amazonas hacen la fotosíntesis, crean su propio clima. Mediante un proceso llamado transpiración, las plantas liberan vapor de agua por los poros del envés de sus hojas. Esta afluencia de humedad mantiene la vida sembrando gruesas bandas de nubes que mantienen el agua encerrada en la exuberante selva y que fluye hacia los ríos que abastecen a las comunidades río abajo.
Este fenómeno no sólo influye en el clima del Amazonas. A medida que la lluvia cae sobre la selva, el aire caliente se eleva en la atmósfera, atrayendo aún más humedad del océano a miles de kilómetros de distancia.
El científico Thomas Lovejoy, en una entrevista publicada por el Banco Mundial comenta que, muy poca gente sabe que la Amazonía genera alrededor de la mitad de sus propias precipitaciones, y que produce precipitaciones en lugares tan lejanos como Argentina, ayudando a la producción agrícola. No mantener este ciclo hidrológico podría conducir a un punto crítico, convirtiendo partes de la selva tropical en sabanas áridas y quizás en «caatinga» (un chaparral semiárido), así como afectar de manera negativa las precipitaciones y la agricultura en toda América del Sur.
Esta biodiversidad es importante a nivel mundial. Todas las especies en este sistema increíblemente biodiverso representan soluciones para un conjunto de desafíos biológicos, y cualquiera de ellas tiene un potencial transformador y podría generar beneficios para los seres humanos en todo el mundo. Por ejemplo, el descubrimiento de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), inspirado por estudios de la serpiente terciopelo (una víbora tropical que vive en la Amazonia), sirve para controlar la hipertensión arterial de cientos de millones de personas en el planeta. Esta abundante diversidad de especies representa muchas oportunidades, esperando ser descubiertas.
Otro ejemplo son las hormigas podadoras. Estas hormigas recopilan hojas para usarlas como abono de sus cultivos de hongos, evitando de manera deliberada aquellas con fungicidas naturales. Estudiar las especies que ellas evitan podría ser un método rápido para identificar nuevos fungicidas naturales. El conocimiento de las poblaciones indígenas puede desempeñar una función destacada en el descubrimiento de este potencial. La biodiversidad es también importante a nivel local, al constituir un capital natural que sustenta numerosas actividades humanas, particularmente los medios de subsistencia de los pobres. Por ejemplo, el pez gato gigante es un alimento de primera necesidad básico para las comunidades locales.
El río Amazonas y sus humedales.
En 2007 el Instituto Geográfico Nacional (IGN) peruano presentó los resultados de una ambiciosa expedición científica peruano-brasileña que alcanzó el nevado Mismi y concluyó que el Amazonas es el río más extenso del planeta con una longitud de 6.762 km, con lo que aventajaría al Nilo.
Sus sinuosas vías fluviales cubren aproximadamente 6.430 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. El Amazonas tiene el mayor índice de precipitaciones del mundo, según National Geographic. Más de 15.422 kilómetros millas cúbicos de agua de lluvia caen del cielo cada año. Es de vital importancia protegerlo ya que alberga la quinta parte del agua dulce existente en el planeta.
La biodiversidad a lo largo del río Amazonas y sus humedales circundantes es increíblemente rica. El sinuoso río alberga numerosas especies, como pirañas de vientre rojo, rayas pancake, tiburones toro, cocodrilos caimanes negros y el amenazado delfín rosado de río. Un estudio reciente sugiere que los humedales del Amazonas albergan más del 53% de las más de 6.727 especies de árboles contabilizadas en el Amazonas.
Los indigenas protectores de la Amazonía.
Los pueblos indígenas pueden desempeñar una función muy importante. Tienen conocimientos extraordinarios sobre los animales y las plantas locales y han logrado notables resultados a lo largo de milenios en el desarrollo de diferentes maneras de beneficiarse de los bosques.
Continúa Lovejoy resaltando la importancia de nuestros pueblos originarios, la mayoría de los pueblos indígenas tienen un estilo de vida bastante sostenible. Básicamente, son grandes protectores de los bosques y, en la actualidad, cuidan alrededor de una cuarta parte de la Amazonia. Desde luego, no todos los pueblos indígenas querrán que no haya cambios, pero pese a eso hoy en día son algunos de nuestros mejores guardianes de la biodiversidad forestal. Son increíblemente inteligentes y capaces de avanzar de manera rápida a la era electrónica de la noche a la mañana, por ejemplo, usando GPS para elaborar mapas de sus tierras. Tienen, además, culturas individuales fascinantes.
Al ayudar a prevenir la deforestación, los pueblos indígenas cumplen un rol clave en la protección de la biodiversidad y en la lucha mundial contra el cambio climático. Están haciendo un enorme favor al resto de la humanidad en la manera en que ellos gestionan sus bosques. Son grandes aliados en la protección de la Amazonia y merecen muchísimo respeto y gratitud de parte de los países amazónicos y del resto del mundo por hacer eso.
Poner en riesgo a la Amazonía es mortal para todo el planeta.
La deforestación para la obtención de tierras de cultivo y la ganadería extensiva, junto con el comercio de especies exóticas y la minería son los principales problemas que están poniendo en peligro esta región, cuyas consecuencias principales son la pérdida de biodiversidad, la degradación de los hábitats, la alteración del ciclo del agua, la modificación del clima terrestre y los impactos sociales.
La ONG venezolana Fundaredes, comienza su #Informe Ambiente 2022 diciendo: la destrucción de la reserva ambiental más importante de Venezuela, ubicada a lo largo y ancho de los 111.843,70 kilómetros cuadrados que conforman el Arco Minero del Orinoco (AMO), extensión que representa 12,2% del territorio nacional ocupando áreas de los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro, a consecuencia del extractivismo, la deforestación y tala indiscriminada de grandes extensiones de bosques y la minería ilegal por parte de organizaciones criminales, constituye el objetivo principal del presente informe elaborado por FundaRedes, mediante el cual hacemos un llamado de alerta a las instituciones del Estado venezolano, los organismos internacionales dedicados a la preservación del ambiente, y en general a la comunidad nacional, regional e internacional.
La paleontóloga Encarni Montoyan afirma con preocupación que al sur y el sudeste, donde está el llamado arco de la deforestación, los ecosistemas están más degradados y los pastizales y las explotaciones mineras le están ganando la batalla a millones de años de evolución.
«Desde un punto de vista geológico, si cesasen todas las agresiones al Amazonas, los ecosistemas podrían recuperarse en un plazo no muy largo de tiempo. Pero no será algo que vayamos a ver nosotros, ni nuestros hijos, ni nuestros nietos. Si queremos evitar que se produzca el cambio de régimen, cualquier amenaza tiene que parar de forma inmediata», añade.
«Estamos en el mismo planeta, no estamos divididos en compartimentos. Lo que pase en el Amazonas lo vamos a sufrir todos. Todos tenemos que cambiar un poco la perspectiva, pero, sobre todo, los políticos. Nadie quiere dar las malas noticias, pero por mirar hacia otro lado los problemas no desaparecen», concluye la investigadora.
Fuente:
https://www.bancomundial.org/
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