El clima te da sorpresas
Como el célebre corazón del relato de Poe, el calentamiento global va convirtiéndose en delator de sucesos de sospechoso origen.
Aviones siniestrados en los Alpes suizos han sido descubiertos tras emerger de glaciares que colapsaron.
En 2018, un grupo de excursionistas había encontrado un aparato C-53 Skytrooper Dakota estrellado el 19 de noviembre de 1946 cerca de Berna, con cuatro tripulantes y ocho pasajeros, mientras los restos de un Piper Cherokee caído en 1968 con tres viajeros que fueron hallados en aquel momento, brotaron esta semana cerca de los picos del Jugfrau y Monch en el cantón de Valais, enriqueciendo la secuela de hallazgos suscitados por el calentamiento global, inaugurada en estas mismas montañas en el ya remoto verano de 1991.
Ötzi fue bautizado entonces el personaje fantasmal de un cazador, al parecer flechado y rematado a garrotazos mientras cruzaba el Tirol hace 5.300 años, cuyos restos preservó la nieve admirablemente al punto de permitir el estudio pormenorizado de los harapos y los rústicos utensilios, examinar los tatuajes de la piel e incluso inventariar el contenido de su última cena.
Después, hurgando en las muestras de ADN, científicos austríacos hallaron que de él descienden diecinueve de 3.700 lugareños y que el ancestro común vivió hace diez o doce mil años, y un millón de curiosos peregrinan anualmente al museo que guarda la momia en la ciudad italiana de Bolzano y, a juzgar por las noticias de la prensa internacional, enfrentará una ruda competencia.
Y es que mientras el planeta acusa con mayor frecuencia el deterioro ambiental, se multiplica el hallazgo de ruinas arqueológicas y restos humanos, a veces de origen criminal.
Este verano, la sequía ha rescatado el campamento romano de Aquis Querquennis en Galicia, España, que hace veinte siglos representó un enclave militar de importancia y, entre Linz y Remagen en Alemania, una de las llamadas Piedras del Hambre que los ribereños solían grabar a las orillas del Rhin para recordar las peores canículas que en la historia sembraron muerte y desolación.
Las más antiguas datan del siglo XIV y evocan las hambrunas que el descenso de las aguas generaron por las malas cosechas y los problemas de navegación y ahora brotan como señales ominosas de los nuevos motivos de angustia que trae aparejado el cambio climático.
Y en el Danubio, cerca de la ciudad serbia de Prahovo, han aflorado más de veinte buques de guerra alemanes, de los dos centenares que los mismos nazis destruyeron y hundieron mientras se retiraban en 1944, para bloquear el curso del rio e impedir que cayeran en manos soviéticas.
Repletos de explosivos y municiones, los buques siguen representando una amenaza para los vecinos, mientras su remoción se ha demorado por el costo que supera los 30 millones de dólares.
Es Suiza, sin embargo, el paraíso de hallazgos humanos que datan de los tiempos cuando el país monopolizaba el alpinismo y la élite mundial trepaba sus cumbres y buscaba en sus montañas mágicas la curación de sus pulmones podridos.
Las autoridades del Valais registran desde 1925 un total de 280 personas desaparecidas en su gran mayoría por accidentes, hipotermia o avalanchas o en sus torrenteras, un record que, según parece, enfrentará ruda competencia a medida que en los Estados Unidos se acentúa la canícula, se reduce el nivel de sus lagos y represas y comienzan como hongos a brotar despojos que a juzgar por sus cráneos agujereados no murieron precisamente de muerte natural; sobre todo en lugares como Nevada, famosos por su historial delictivo.
En el lago Mead, cerca de Chicago, que está al nivel más bajo desde su llenado en 1937, el infeliz que emergió esta primavera dentro de un barril tendría el sello de un ajuste de cuentas del periodo más violento de Las Vegas, según las autoridades del Museo de la Mafia local; y tal vez corrieron igual suerte otros cuatro esqueletos localizados a medida que se agudizaba la sequía.
Difícil de registrar el ADN por la avanzada descomposición, los funcionarios forenses han añadido a la autopsia tradicional una gama de técnicas y el apoyo del FBI, que conoció de cerca los métodos brutales del crimen organizado en los tiempos de Al Capone. En competencia, seguramente, con los guionistas de Hollywood, entusiasmados ante el filón abierto por el deterioro ambiental para sus thrillers truculentos.
Varsovia, agosto de 2022.
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