Por el Ártico a toda vela
Las travesías en el Océano Articose realizarán en breve con un nivel de contaminación prácticamente nulo, gracias al Captain Artic, un buque de setenta metros de eslora proyectado por la compañía marítima SELAR, al mando de Sophie Galvagnon, franco-sueca, primera mujer comandante de navíos de exploración polar.
Su biografía refiere que la pasión por los espacios helados se despertó durante el entrenamiento como oficial de la marina mercante, cuando encabezó una expedición al Artico antes de cruzar los mares durante cuatro años a bordo de barcos rompehielos suecos y devenir co-fundadora de la compañía Latitude Blanche, organizadora de expediciones al Polo Norte.
La clave de su navío reside en la propulsión eólica y solar que arrumba los motores diesel, gracias a dos mil metros cuadrados de velas rígidas recubiertas de paneles fotovoltaicos que permitirán navegar casi la totalidad del tiempo sin emisiones de carbono y utilizar biocarburante para el mínimo restante.
Allí no se detiene la eco-preocupación, según el reportaje de PARIS MATCH, porque la obligatoria calefacción en esas gélidas temperaturas ha sido optimizada con desechos granulados de madera reciclada y el consumo de agua se realizará por desalinización.
Fuera del alcance de bolsillos modestos, los 36 pasajeros serán expertos en sus respectivas especialidades y privilegiados que disfrutarán de una comodidad absoluta, bajo la guía de invitados especiales y, además del mero esparcimiento turístico con sesiones de sky en los fiordos vikingos y de inmersión en la cultura esquimal para descubrir la fauna salvaje de Groenlandia, participarán en investigaciones científicas, para recoger y analizar hasta cinco toneladas anuales de desechos plásticos en un pequeño laboratorio.
Es una experiencia pionera cuyo éxito podría imprimir un rumbo distinto al negocio de los cruceros turísticos, en una onda similar a la de otra compañía emprendedora, el campamento Emboo River en Kenya, que aspira revolucionar los safaris tradicionales en la reserva natural de Masai Mara con autobuses eléctricos silenciosos, respetuosos de la fauna nativa.
Una respuesta al compromiso asumido por treinta países en la COP26 de Glasgow, de normalizar los vehículos de cero emisiones al horizonte de 2040, superando la carencia de infraestructuras y el precio más elevado de los vehículos eléctricos.
El Captain Artic ha sido un reto formidable, porque su costo es cuarenta por ciento superior al de los barcos convencionales y las rudas condiciones del Ártico obligaron a reducir las dimensiones del casco para optimizar su hidrodinamismo.
Una experiencia que la comandante Galvagnon califica de inédita e inmersiva, basada en la desconexión y la novedad, y, huelga decir, elitesca, en un navío sigiloso, de reducido impacto ambiental para un turismo, según ella, regenerativo, cuyos beneficios servirán en parte al financiamiento de la ciencia local.
Varsovia, noviembre de 2024.
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