UN GIGANTE MUNDIAL SE ECOLOGIZA
por Gabriel Rumor
UNILEVER, uno de los gigantes mundiales en el ramo de alimentos y artículos de uso doméstico, ha decidido apostar al desarrollo sustentable, ecologizando un sector de su gama de productos que incluye mayonesas, infusiones, jabones y sprays personales.
No está solo en ese viraje hacia una actitud de buen ciudadano, más respetuoso del planeta, porque, según el New York Times, la gigantesca cadena de supermercados Walmart está comprando energía limpia, Pepsicola promueve snacks más saludables y el emporio informático Apple se preocupa ahora por el reciclaje, pero se trata de un proyecto mucho más ambicioso, que aspira reducir a la mitad el impacto ambiental de la compañía al horizonte de 2020 y mejorar la salud y la existencia cotidiana de un millardo de personas.
Y, lo más importante desde el punto de vista corporativo es que, mientras tanto, la cifra de negocios debería duplicarse; lo que parece la cuadratura del círculo porque lo lógico es que elaborar y distribuir más productos implica consumir más energía y más recursos naturales.
Y, sin embargo, seis años después de arrancar hacia tal objetivo, las emisiones de las fábricas de UNILEVER son 37% menos contaminantes y los desechos han caído en un 85% sin que se redujera el volumen de bienes producidos, y ello satisface tanto a los ambientalistas como a los accionistas de la empresa, que vieron incrementar en 22% sus ganancias anuales.
El Gerente General, Paul Polman, un holandés de 53 años que llegó a la empresa luego de un cuarto de siglo con empresas competidoras del sector, habría devenido, según el diario neoyorkino, una suerte de misionero que exige controles más estrictos y trabajó con la ONU en los preparativos de la conferencia sobre cambio climático, celebrada en París el pasado diciembre, haciéndose merecedor al premio de Campeones de la Tierra.
Su convicción es que las corporaciones tienen la capacidad, y el deber, de combatir el cambio climático y “erradicar la pobreza en una forma irreversiblemente más sostenida y equitable”, a riesgo de propiciar más catastróficos desastres naturales y una espiral de malestar social; una visión más fácil de enunciar que de poner en práctica para un monstruo como UNILEVER, con un valor bursátil de 126 millardos de dólares y una gama de mil productos diferentes, y Polman reconoce que será imposible alcanzar algunos de los objetivos.
Para ello cuenta, sin embargo, con el apoyo de numerosos granjeros en el estado de Iowa, a fin de que la totalidad del aceite de soya empleada en la producción de mayonesa provenga en 2017 de fuentes sustentables, lo cual requiere introducir legislación semejante a la que existe para el café y el cacao en otras partes del mundo e incluso para la propia soya en Sudamérica.
Sin hablar de retos específicamente técnicos, porque la soya es apenas uno de los ingredientes de la mayonesa y Polman aspira a que el cien por ciento de los huevos provengan en el año 2020 de gallinas criadas en libertad, que el producto sea ofrecido en envases plásticos reciclables y que la energía provenga de fuentes eólicas o solares que aún están por instalarse en la fábrica en Chicago.
La experiencia en Iowa es uno de los tantos retos de UNILEVER, que opera en 190 países, como Vietnam, donde introdujo un suavizador de tejido que requiere menos agua, igual que el polvo detergente que está probando en Nigeria, que además requiere menos energía para distribuir; o en Brasil.
Como para disipar cualquier sospecha de ingenua filantropía, Polman afirma que su plan es tanto ético como productivo, pues reforzar la eficiencia en las plantas de UNILEVER se ha traducido desde 2008 en ahorros de 430 millones de dólares y su ejemplo ha servido para que la Rainforest Alliance, que certificó durante decenios a granjeros de países en desarrollo, lo haga ahora con el chocolate y la vainilla de algunas marcas de helados y en las hojas de té.
En resumen, según apunta una de las dirigentes de la organización, es un medio más efectivo que muchos otros en un mundo capitalista porque UNILEVER se apoya en el mercado global para promover la sostenibilidad, aunque no son voces críticas las que escasean, como es lógico en cualquier consorcio de sus dimensiones.
Según el diario, “las ineficiencias y el despilfarro aún son rampantes” y los abogados de derechos humanos denuncian las pobres condiciones de las plantaciones de te en Kenya y la incompetencia en limpiar una fábrica contaminada en la India; vale decir que el señor Polman deberá primero introducir cambios incluso modestos en su propia compañía antes de lanzarse a transformar el mundo.
Pero el patrón de UNILEVER se muestra optimista y no desmaya en su apuesta por la sustentabilidad, como condición esencial para el éxito de su empresa y el planeta en su conjunto.
Caracas, abril 2016.
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