¿UNESCO vs Monte Fuji?
MIRAMUNDO por Gabriel Rumor. Corresponsal internacional
Así ha sentenciado La Reppublica al vaticinar que tras su reconocimiento, en junio, como Patrimonio de la Humanidad, se incrementará aún más la invasión de 320 mil excursionistas que ascienden anualmente las cuestas del Fujiyama.
El acceso al volcán sagrado, parque nacional desde l936, se presta además, según el diario romano, a las caminatas de grupos numerosos, con lo cual aumenta el riesgo de daños de uso prolongado, que resta por sopesar si se compensarán con el ingreso adicional de divisas del turismo a una región que, como el medio rural del Japón, registra un cierto estancamiento.
Así que las autoridades del lugar, encabezadas por el propio gobernador de Yamanashi, Shomei Yokouchi, adviertan que el crecimiento, de ocurrir, debería ser muy sostenible y comienzan a imaginar las medidas necesarias para que eso sea así.
Algunos, por ejemplo, proponen duplicar la tarifa diaria que es ahora de 75 euros para quien se pasea o hace escala en el trekking que conduce a la cima en un trayecto de nueve horas, con la perspectiva de que, entonces, muchos de quienes pernoctan en los refugios oficiales para salir bien temprano, lo hagan al descampado, desafiando la hipotermia.
Porque ya preocupa el aspecto securitario, dado que el año pasado se registraron 70 incidentes y murieron siete personas, y a mayor número de visitantes se incrementarían el hacinamiento en las rutas y las caídas por unas laderas que son mucho más ásperas de lo que lucen en las bonitas tarjetas postales, sobre todo en días de insidiosa meteorología.
¿Y qué decir de la contaminación, que ya requiere de 40 a 50 mil voluntarios cada año que, sólo en este verano, mientras el Fuji era visitado por los inspectores de la UNESCO, recogieron una colosal cosecha de 900 toneladas de porquerías?
Y, para completar el cuadro ominoso, debe añadirse la lluvia ácida del agua marina mezclada con las industrias del litoral o la proliferación de especies invasivas, como el bambú que oculta la localización de los contenedores y propicia que la basura sea arrojada de manera irresponsable.
El Fuji nació de una erupción hace varios miles de años, se considera activo aunque la última data de 1707 y atrae el peregrinaje de millones de japoneses a sus 1200 kilómetros cuadrados de área protegida y de unos 320 mil que ascienden hasta la cima de 3.776 metros. Y, todos ellos, comienzan a preocuparse por el efecto que no tardará en tener el galardón que, con la mejor buena fe, acaba de concederle el organismo cultural mundial.
Varsovia, septiembre 2013.
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