Oyendo el universo
MIRAMUNDO POR GABRIEL RUMOR
Wanda Díaz Merced es una astrónoma ciega, empeñada en superar su limitación mediante la conversión de los datos de sus investigaciones en sonidos, lo que podría eventualmente traducirse en nuevos descubrimientos, hasta ahora imposibles con las técnicas convencionales.
Estadounidense de origen portorriqueño, se doctoró en la Universidad de Glasgow, realizó estudios de postgrado en el Observatorio Astronómico de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, y trabajó desde hace quince años en la Oficina de la Unión Astronómica Internacional en Mitaka, Japón hasta retornar este diciembre a su isla natal.
Especializada en la sonificación, que convierte aspectos como la luminosidad y frecuencia de la radiación electromagnética en elementos audibles como el volumen, el ritmo y el tono, Díaz Merced explica en una entrevista a la revista NATURE los detalles de un reto condicionado por el problema visual que la afectó en su juventud, en una disciplina basada primordialmente en las imágenes espectaculares del universo.
Es un concepto que data de los años 30, con el cual entró en contacto durante una pasantía por la NASA gracias a que su mentor, el profesor Robert Candey, deseaba crear un software de análisis de datos que familiarizase a la gente ciega con la física espacial, transformando datos astronómicos en sonidos.
La sonificación, explica, puede aplicarse al estudiar la habitabilidad de un exoplaneta si sabemos cuántos rayos solares y alta energía cósmica interactúan con su campo magnético o su atmósfera; es decir, escuchando la mezcla de las distintas frecuencias para diferenciar entre la señal y el ruido.
Díaz Merced ha acuñado el concepto de mainstreaming para significar el acceso equitativo a la investigación científica de todas las personas con discapacidades, cuyo número en el área particular de la astronomía es francamente ridículo, porque sólo se cuentan cuatro personas con limitaciones visuales en todo el planeta y ésto sólo porque conservan un mínimo porcentaje perceptivo.
Y, para extender la capacidad participativa, en una lucha tan cuesta arriba, Díaz Merced trabaja ahora con dos colegas argentinas en el desarrollo de un prototipo de software y, mientras se presenta la posibilidad de incorporarse plenamente a la astronomía, la pasión de su vida, ha optado por retornar a su querencia antillana para ejercer la docencia.
“Quiero un campo donde todos trabajemos como iguales sin que factores como la edad, discapacidad, sexo y status socio-económico controlen mi progreso; sin subutilizar o menospreciar el potencial que todos los humanos tenemos para la búsqueda y la exploración y donde todos podamos aportar la contribución que seamos capaces”,ha concluido la científica portorriqueña.
Varsovia, enero 2020
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